La víctima contó que su pareja se encuentra preso cumpliendo una condena. Fue en la cárcel que él conoció a A. P., que también había sido condenado. Allí se hicieron amigos. En su relato, la mujer agregó que el sexagenario salía antes del penal, por lo que su concubino le pidió que la ayudara económicamente hasta que él salga, con la promesa de devolverle el favor una vez que recupere la libertad.
Pero cuando ella concurrió al encuentro que habían pactado, A. P. le dijo que le daría la plata sólo si tenían sexo. Ante la necesidad económica por la que atravesaba la mujer, accedió a la propuesta, pero él la agredió.
Tuvieron otros encuentros en los que el hombre la agredía y la amenazaba para someterla sexualmente. Ella, por temor a que su pareja se enojara con ella si se enteraba, hacía lo que el hombre le pedía. Hasta que cansada de lo sucedido decidió contarle a su concubino la situación por la que atravesaba, y él la instó a denunciar.
