La jefatura de la Policía de la Provincia decidió sumariar y apartar preventivamente de sus funciones al oficial que la mañana del 14 de febrero protagonizó un serio incidente en el motel El Castillo, ubicado en el acceso sur de Tartagal.
Todo se produjo cuando el uniformado perteneciente a la Policía de Salta, pero que presta servicios en un grupo especial de investigaciones en la localidad de Salvador Mazza, se presentó en el lugar donde horas antes había llegado su expareja y madre de sus hijos, acompañada de otro masculino.
Fuera de sí, cegado por la violencia a sabiendas de que su expareja estaba en un hotel alojamiento con otro hombre, el oficial irrumpió en el lugar y comenzó a golpear todas las puertas de las habitaciones, algunas con parejas en su interior que se sorprendieron por lo ocurrido.
En medio de la furiosa búsqueda en una de las habitaciones se encontraba la joven y expareja del uniformado junto a su nuevo acompañante. El funcionario de la fuerza de seguridad provincial no dudó en sacar su arma reglamentaria y amenazar a ambos con matarlos.
A pesar de portar un arma de fuego, el policía y el hombre que acompañaba a su ex se trenzaron en una violenta pelea a puños y patadas, mientras la joven inmersa en un universo de absoluto temor comenzó a gritar.
El enfrentamiento entre los hombres de milagro no causó consecuencias mayores, tras lo ocurrido el encargado del motel fue alertado e inmediatamente llamaron al Sistema de Emergencias 911. Dos móviles policiales se hicieron presente en el lugar.
Los compañeros del oficial que estaba totalmente sacada de ira, lograron calmarlo y lo trasladaron en calidad de detenido a la Comisaría 4ta ( exComisaría 45), ubicada en la zona sur de Tartagal.
Pedido de ayuda
Quien había logrado escapar de la habitación y esconderse en el predio fue el joven que se encontraba con la expareja del oficial. Desde su escondite llamó al periodista local Ismael "Bambi" Chamat para pedirle auxilio ya que el oficial estaba fuera de sí al haberlo encontrado a él y a la madre de sus niños en ese lugar.
"Recibí las llamadas como a las 6 de la mañana de este muchacho que estaba muy asustado. Por lo que entendí aprovechó un momento de distracción del oficial, huyó de la habitación mientras discutía con la chica y me pedía que vaya porque tenía terror que los mate a los dos" relató el conocido comunicador norteño cuya especialidad es la información policial.
Cuando la policía arribó al lugar lograron calmar al compañero de armas y lo llevaron detenido a la Comisaría Cuarta, ubicada en la zona sur de Tartagal. Su expareja aún tenía en el rostro las huellas de pintura lo que en un primer momento se interpretó como producto de la lesión por alguna agresión física del oficial.
Sucedió que junto a su nueva pareja ambos habían estado en La Chaya que se realizó durante la tarde y noche del martes de carnaval donde abundaba el papel picado, la nieve y también las pinturas al agua.
Al parecer el oficial los vio juntos y sospechó que tenían una relación amorosa pero recién logró confirmar que se habían trasladado al motel en horas de la madrugada del día de los enamorados, donde llegó alrededor de las 6 del jueves totalmente envuelto en furia y capaz de todo.
El oficial produjo todo tipo de daños materiales dentro de la habitación por lo que una de las denuncias fue formalizada por el encargado del motel El Castillo, ubicado en el acceso sur del ingreso a Tartagal.
La joven, también en pánico, contó que hacía algunos meses había terminado su relación con el policía a consecuencia de su forma de ser, posesivo y celoso, y que anteriormente ya había sufrido violencia de género.
La Policía de la provincia confirmó que el oficial fue preventivamente separado de la fuerza, se dispuso el sumario administrativo, se dio intervención a la división de Asuntos Internos y a la fiscalía de la jurisdicción. También se ordenó la retención del arma reglamentaria del oficial quien la había utilizado para amedrentar e intimidar a su exmujer y su novio.
El hecho, por la espectacularidad del mismo y el escenario donde se desarrolló, fue motivo de comentarios y hasta de comodillas, consignó EL Tribuno. Sin embargo, no se produjo una tragedia de milagro ya que el oficial se encontraba totalmente fuera de sí y blandía su arma reglamentaria contra los nuevos amantes pero afortunadamente y a pesar de trabarse en lucha con el muchacho no accionó el gatillo y tampoco se produjo un disparo accidental.