El río Pilcomayo rompió su cauce y avanzó con furia. En cuestión de minutos, Misión La Estrella quedó sumergida bajo el agua, las viviendas fueron consumidas por la corriente y la escuela pública local desapareció bajo un torrente implacable.
Los intentos por contener la inundación mediante anillos de defensa y un desagüe realizado con maquinaria vial fueron inútiles. El río, con una fuerza descomunal, desbordó los límites de la contención y expandió la catástrofe a un ritmo incontrolable. En medio de la desesperación, los pobladores —en su mayoría integrantes de las comunidades originarias chorote y wichí, junto a criollos de la zona— intentaron salvar lo poco que pudieron: heladeras, freezers, colchones y objetos de valor que lograron rescatar antes de ver sus hogares desaparecer bajo el agua.
Solo en Misión La Estrella, al menos 40 familias quedaron afectadas, con cerca de 150 niños en condiciones de extrema vulnerabilidad. El agua no se detiene y ya ha comenzado a cercar otras comunidades, como La Gracia, Santa María y Victoria, donde el temor crece minuto a minuto.
A la orilla de las aguas, Oscar Sánchez y Felipe Donilo, miembros de la comunidad chorote, miraban con impotencia el avance de la corriente. "Nosotros somos voluntarios. Pasamos la noche viendo el río, esperando que no pase nada. Pero del otro lado, en La Estrella, ya se llevó todo", relató Sánchez con la voz entrecortada. Junto a Donilo, ayudaron en la evacuación de los niños, que están siendo trasladados a escuelas rurales que, por ahora, se mantienen a salvo.
"La situación es grave, las aguas ya afectaron a Santa María y Victoria. Nosotros estamos esperando para ver qué pasa", expresó Donilo, mientras su mirada se perdía en el horizonte incierto. Sánchez recordó que hace dos días que están asistiendo a los pobladores chaqueños, que también sufren las consecuencias de la crecida, y denunció la falta de recursos básicos. "Hace dos días que estamos ayudando sin parar y no hemos tenido ni un almuerzo. Nadie nos está asistiendo a nosotros tampoco", lamentó.
Mientras tanto, la Ruta 54, principal vía de acceso a la región, ha sido cortada. Esto impide el arribo de asistencia y dificulta aún más la evacuación de los damnificados. La comunidad, atrapada entre el agua y el aislamiento, enfrenta no solo la pérdida de sus hogares, sino también la incertidumbre. El Gobierno provincial reforzó la asistencia.
Rige alerta amarilla
El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta amarilla por tormentas para hoy en localidades del norte de la provincia de Salta. El aviso rige desde las 0 hasta las 12 horas y afecta especialmente a los departamentos San Martín, Rivadavia y las yungas de Iruya, Orán y Santa Victoria.
Según el informe, el área será afectada por tormentas aisladas, algunas localmente fuertes, acompañadas por ráfagas de viento que pueden superar los 70 km/h, ocasional caída de granizo, intensa actividad eléctrica y precipitaciones abundantes en cortos períodos. Se esperan acumulaciones de entre 20 y 40 mm de lluvia, con posibilidad de valores superiores en algunas zonas puntuales.
Ante esta situación, un funcionario provincial solicitó la colaboración de los pobladores que se resisten a evacuar sus comunidades, pese a los riesgos actuales y los pronósticos que indican la continuidad de las lluvias, especialmente en territorio boliviano. Esperan poder brindar asistencia aérea.
Fuente El Tribuno