La jueza Paola Marocco, vocal de la Sala VII del Tribunal de Juicio, ordenó el traslado del condenado a la cárcel penitenciaria local. Ordenó la realización de un examen genético (ADN) del condenado R. H. A. y su posterior incorporación al Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual y al Registro Provincial de Condenados vinculados a delitos contra las personas y contra la integridad sexual.
La jueza recomendó al director del Servicio Penitenciario que se le brinde al imputado tratamiento psicológico por el delito por el que resultó condenado.
La denunciante – pareja del acusado y madre de la menor damnificada- señaló que al momento del hecho ella y sus cuatro hijos –de una relación anterior- vivían con R. H. A. en una misma morada, en Cachi. Llevaban cinco años de convivencia.
Relató que una tarde, al regresar de su trabajo, entró a la vivienda por la parte del fondo y se dirigió a la habitación donde dormían todos juntos. Allí observó a su pareja costado encima de su hija de 11 años, en una cama de una plaza. Lo increpó y él le dijo que estaba “jugando, haciéndole cosquillas a la menor”.
Posteriormente la denunciante le consultó a su hija qué le había hecho R. H. A. y le contó que él le tocaba la vagina. La niña dijo que había pasado más de una vez, cuando ella se quedaba sola con el acusado mientras su mamá trabajaba y sus hermanos se iban a la escuela de la Policía Infantil.
