El hijo de la jubilada asesinada en San Isidro declaró ante la fiscal que interviene en la causa. Negó su responsabilidad en los hechos y corrigió la fecha en la que estuvo en la vivienda ubicada en Avellaneda al 1300. “Soy inocente”, dijo en la indagatoria. Al sospechoso, se le asignó un defensor oficial.
La investigación sobre el asesinato de María Cristina De Vincenti, de 91 años, dio un giro inesperado cuando las cámaras de seguridad de la zona revelaron que el único que había ingresado al domicilio había sido su hijo Aldo Di Paolo, de 65 años.
En principio se creía que se había tratado de un robo seguido de homicidio, pero los investigadores encontraron incongruencias en la declaración del acusado, por lo que quedó demorado.
Di Paolo inicialmente declaró como testigo y dijo que fue el domingo a ver a su madre, cuando en las filmaciones de las cámaras se lo llegando al domicilio el lunes, fecha que coincide con el análisis de la autopsia que determinó la data de muerte.
El acusado, durante su indagatoria ante la fiscal Carolina Asprella, corrigió la fecha. Según se pudo saber, el hijo de la víctima contó que en realidad había ido el lunes a visitar a su madre y volvió el miércoles. También dijo que él pensó que se había caído y después se dió cuenta que la habían matado.
Dudas sobre el crimen de la jubilada
Durante el relevamiento de evidencias en la escena del crimen hubo algunos detalles que llamaron la atención de los investigadores: la puerta de entrada no estaba forzada, la mujer se movilizaba en silla de ruedas, por lo que era difícil que presentara resistencia ante un robo. Inmediatamente, le realizaron un par de preguntas al hijo de la víctima y notaron inconsistencias en su relato.
En un primer momento, el hombre había declarado que la puerta se encontraba cerrada pero sin llave, y pidió que le pregunten a los vecinos que solían ver a la mujer en su silla de ruedas en la entrada de la vivienda y que tal vez el homicidio fue producto de una entradera.
Di Paolo había sido quien supuestamente había descubierto el cuerpo de su madre y dio aviso a la policía. En un principio, la hipótesis era que se había tratado de un robo seguido de homicidio, ya que faltaban algunas pertenencias en el hogar como, joyas y el celular de la mujer.
Al momento del supuesto hallazgo, la víctima se encontraba tirada en el piso de su cocina con un cuchillo clavado en el lado izquierdo del cuello. Según los investigadores, el arma que utilizaron para cometer el crimen pertenecería a la misma casa.
Las evidencias en las filmaciones y una almohada con sangre
Las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, muestran al hombre 72 horas antes de crimen entrando a la casa de su madre sin nada en las manos y luego se lo ve salir con dos bolsas. Según los investigadores, esto marca un accionar extraño que lo incrimina.
Tras encontrar contradicciones en su relato, la fiscalía ordenó un allanamiento realizado en el domicilio del ahora imputado, ubicado en la calle Herrera al 886 de Las Lomas, donde la Policía secuestró 3.000 dólares, 900.000 pesos, dos tablets, una notebook, dos teléfonos celulares y un almohadón con aparentes manchas de sangre.
Ante estos elementos de prueba, la fiscal a cargo del Área Criminal de la Fiscalía de San Isidro dispuso la detención de Di Paolo como sospechoso de “homicidio agravado por el vínculo”, un delito que prevé como única pena la prisión perpetua. Al imputado se le asignó un defensor oficial y permanecerá detenido.
¿Qué dice la autopsia preliminar de la jubilada de 91 años?
Según se pudo conocer de fuentes de la investigación, la autopsia arrojó que De Vincenti murió debido a un shock hipovolémico y una hemorragia, que fueron provocadas por la lesión originada por el cuchillo, que era tipo Tramontina y de madera.
En otro cuerpo de la investigación, se determinó que en la vivienda faltaban el celular de la víctima y distintas joyas, por lo que al principio se creyó que había sido un robo.