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Homicidio en Solidaridad: La droga y los robos dominan la noche

La pareja del victimario dijo que se trató de un homicidio tras un robo cometido por un hombre adicto.

Homicidio en Solidaridad: La droga y los robos dominan la noche

El crimen de César Humberto Sulca, ocurrido en barrio Solidaridad la madrugada del 4 de octubre tiene un trasfondo oscuro ya que la víctima y el victimario se conocían muy bien, porque habían pasado meses juntos en el penal de Villa Las Rosas, compartiendo la misma celda.

Según Daniela Gareca, pareja de Jesús Orlando Lizárraga, el victimario, la muerte sobrevino a un robo a mano armada de parte de la víctima César Humberto Sulca.

La mujer asegura que Sulca pretendió robarle el bolso a Lizárraga, tomándolo de atrás e hiriéndolo con un arma blanca en el cuello y el mentón. Eso desencadenó que Lizárraga, que vendía cuchillos en la vía pública, sacara un arma blanca de las tres que llevaba y le asestara al menos diez puñaladas, dejándolo mortalmente herido.

"Mi pareja jamás huyó, se quedó ahí hasta que llegó la policía. Hoy -por ayer- hablé con él y me dijo cómo fueron esos minutos. Lo encontré en la Alcaidía con una herida en la cara y el cuello que no fue suturada aún y con las piernas infectadas porque días antes lo había mordido un perro pitbull y los desgarros se infectaron", relató.

La mujer dijo que "Churito", tal lo conocen a Lizárraga en el centro de la ciudad, donde vendía cuchillos en las calles, había salido de la cárcel en julio y que ya estaba trabajando para alimentar a sus hijos, como siempre lo hizo. Él fue a la cárcel por violencia de género, estuvo ocho meses allí y en ese lugar compartió la celda con Sulca, una persona adicta y violenta, perdido en las drogas.

La mujer relató que vive en el asentamiento "San Justo", en la ribera del río Ancho, sin nada más que una pieza, sin baño. "Hacemos nuestras necesidades en bolsas que arrojamos al cauce", relató.

Luego agregó: "A mí me dijo la policía esa madrugada que lo habían robado, que les entregara ropa y calzado porque él no tenía nada. Les di, pero jamás me dijeron que había asesinado a una persona. No era la primera vez que lo intentaron robar, porque aquí en este barrio los robos y arrebatos son a cada minuto".

"Lamento lo que sucedió, pero quiero que sepan que él no fue a matar a nadie. Le quisieron robar y lo robaron. Los conocía, le pidió a Sulca que le devolvieran las cosas y su dinero y con los cuchillos que todos los días vendía mató a su excompañero de celda, a tres meses de haber abandonado el penal. Es una historia cruel, mucho más para mí que estoy embarazada sin trabajo y sin el padre de mis hijos y todo porque aquí en Soli la droga es la vida y la muerte de todo el vecindario", dijo.

El gendarme tuvo razón de disparar

La mujer dijo que lo que le pasó a su pareja el 4 de octubre fue un calco a lo sucedido a un gendarme en ese mismo lugar. "A ese hombre lo quisieron matar y se defendió. A mi pareja lo robaron y le cortaron la cara y también se defendió. Estoy segura que sí, porque él no iba a dejarme sola con cuatro hijos y uno por venir. Estaba construyendo mi casita, trabajaba, traía plata para comer. Jamás pudo haber salido a matar a nadie. Esa no es mi verdad, es la cara o cruz de este barrio".

Fuente El Tribuno


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