Los peritajes realizados por el CIF sobre las armas secuestradas a los gendarmes, junto con la autopsia y los informes forenses, permitieron establecer con precisión que la causa de muerte de Fernando Gómez fue por el impacto de dos municiones. Por ello cinco efectivos de Gendarmería Nacional fueron formalmente imputados por el delito de homicidio en riña agravado por el uso de armas.
Ocurrió el 18 de diciembre de 2024 cuando una patrulla de Gendarmería realizaba un operativo en el marco del Plan Güemes. Según informó la fiscalía, al llegar al lugar, se produjeron detonaciones y Gómez fue alcanzado por dos proyectiles de plomo, uno de los cuales perforaron su tráquea y afectó sus pulmones, provocándole la muerte minutos después.
Los gendarmes imputados son Néstor Ortiz, Jonatan Franco, Marcelo Vega, Mauro Cuña y Andrés Vázquez. Mientras la jueza federal Ivana Hernández aceptó la imputación pero no dictó prisión preventiva, por lo que seguirán en libertad. La defensa de los uniformados sostenía que la víctima podría haber sido víctima de un enfrentamiento entre paseros por mercadería.
El caso de Franco Bruno Hualpa, otro joven herido en el mismo hecho, y el de Elio Gareca, quien recibió un disparo en la cabeza durante la represión posterior, se investigan por separado.