En setiembre del año pasado, al volver a su domicilio en estado de ebriedad, comenzó a discutir con su pareja y a agredirla.
Dos de sus hijos escaparon de la casa y dieron aviso a un gendarme que se encontraba cerca del lugar. Él fue quien detuvo a Romero.
El hombre deberá fijar domicilio y someterse al control de un patronato. Además tendrá prohibido acercarse a menos de doscientos metros de la víctima.
No consumirá estupefacientes ni abusará de la ingesta de bebidas alcohólicas. Una vez finalizada la audiencia recuperó su libertad.