La muerte del médico Carlos Pirona en Orán fue muy violenta. Aunque primero parecía que había sido víctima de un incendio, con el correr de las horas y la investigación cobró fuerza la hipótesis de un crimen. Otro hecho aberrante que sacude a la provincia.
Desde el Ministerio Público Fiscal difundieron al cierre de esa edición que tras realizarse la autopsia del cuerpo del sexagenario fallecido, el informe preliminar reveló que sufrió una muerte violenta, por lo que la fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Orán, Claudia Carreras, solicitó que se realicen estudios complementarios que permitirán conocer la causa y data del deceso y también dispuso el cumplimiento de numerosas medidas tendientes al esclarecimiento del hecho.
Víctima de un homicidio
El médico, que se había jubilado hace un par de meses, fue encontrado sin vida en el interior de una vivienda incendiada en calle Alvarado al 1200, en San Ramón de la Nueva Orán.En los primeros minutos de la madrugada de ayer vecinos alertaron a la policía sobre una columna de humo que salía por una de las ventanas de la vivienda.
Densas columnas de humo hacían presagiar lo peor y apenas los bomberos lograron sofocar y enfriar el ingreso, personal de esa institución entró para ver o socorrer a presuntas víctimas y hallaron el cuerpo semiquemado de Pirona.
Luego del intenso trabajo lograron extinguir las llamas que ocasionaron daños materiales graves, pero allí comenzaron las serias dudas de los bomberos. Personal de Criminalística y peritos Bomberos, entre ellos un ingeniero, realizaron las tareas de rigor para determinar las causas del incendio y allí también hubo un informe preliminar que ya dejaba dudas acerca de lo accidental del foco ígneo.
La investigación
El cuerpo del médico Carlos Pirona fue trasladado a la morgue judicial para autopsia. La fiscal Carreras solicitó de inmediato resultados preliminares sobre el acontecimiento y ordenó una serie de diligencias muy precisas y de rigor científico para esclarecer lo que hasta ese entonces parecía un siniestro incendiario, con muchas dudas sobre su origen.
Las primeras informaciones indicaban que al llegar al lugar, se podía observar una densa humareda que salía del inmueble, y cuando sofocaron las llamas e ingresaron a las dependencias de la vivienda, pequeña, una casa de barrio, hallaron el cuerpo de una persona mayor de edad quemada y tendida en el piso de una de las habitaciones, a un lado de la cama que había sido consumida por el fuego, pero no sobre ella.
La Policía y los bomberos no encontraron rastros de otras personas ni mascotas que pudieran haber sido víctimas de las llamas y el humo.
Se dijo que el foco ígneo fue controlado rápidamente y en un principio se especuló que pudo tratarse de un cortocircuito provocado por un artefacto eléctrico, posiblemente una estufa, pero al parecer no hallaron dicho artefacto como causa del fuego que tenía características de haber sido localizado en un solo lugar y con posibles acelerantes.
Con el correr de las horas las pericias sobre el lugar fueron más precisas. Así se empezó a hablar de que el fuego podría no haber sido accidental sino provocado.
En Orán ya no quedaban dudas: el conocido y querido profesional no murió en un siniestro, sino que habría sido víctima de un homicidio, que se quiso ocultar o tapar con fuego provocado en su vivienda.
Esta tenebrosa noticia paralizó a la opinión pública de San Ramón de la Nueva Orán. Fuentes fidedignas adelantaron que el prestigioso médico fue apuñalado al menos en seis partes de su cuerpo, amén de golpes sobre su cabeza.
La terrorífica noticia cambió el curso de la investigación y seguramente por estas horas los responsables de tamaña calamidad estarán siendo buscados o detenidos.