La inseguridad tiene en vilo a Tartagal y lo sucedido alrededor de las 9 de la mañana de hoy dá de cuenta que ni a plena luz del día ni en las calles más concurridas los vecinos están seguros.
Fue a esa hora en que un empleado de una distribuidora de gaseosas circulaba en la camioneta de la empresa con destino hacia una entidad bancaria para realizar el habitual depósito de dinero en efectivo, cuando fue abordado por dos sujetos que iban en dos motocicletas y le apuntaron con sus armas. Rompieron a culatazos los cristales de ambas ventanas, de conductor y acompañante, y se alzaron con una suma millonaria.
El hecho se produjo casi en la intersección de las avenidas Packam y Mariano Moreno, en un momento de gran movimiento de vehículos. Con la velocidad propia de los delincuentes profesionales, los sujetos tomaron las bolsas con dinero y se fugaron del lugar en motocicletas de alta cilindrada, sin que hasta el momento la policía haya logrado dar con los delincuentes.
El chofer del rodado fue asistido en el lugar a causa de su estado de nervios y refirió que fue apuntado con las armas en el momento en que detenía la marcha en el semáforo de esa misma esquina.
En el lugar se encuentra una importante heladería y al lado un jardín de infantes, lo que dá una idea de lo riesgoso de la situación protagonizada por estos dos sujetos. Un robo a mano armada también protagonizado por dos motociclistas se produjo la semana anterior en la localidad de Aguaray, cuando los sujetos se alzaron con la recaudación de un supermercado.
Se trata del mismo modus operandi, que deja a las claras que los delincuentes apuntan a quienes reúnen mayor recuadación producto de las ventas de los fines de semana.