El juez Pablo Farah, vocal de la Sala III del Tribunal de Juicio, les impuso a ambos reglas de conducta que deberán cumplir durante dos años: fijar residencia y someterse al control del Programa de inserción social y supervisión de presos y liberados; prohibición de acercamiento a la damnificada; abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas.
Todo ello bajo apercibimiento de revocarse el beneficio concedido.
El hecho denunciado ocurrió el 8 de julio del año pasado. La damnificada relató que ese día, alrededor de las 19.45, se encontraba en la esquina de Alvarado y pasaje Calchaqui escribiendo un mensaje de texto en su celular cuando se acercó una motocicleta conducida por un hombre. Repentinamente, el conductor le arrebató el celular y se lo entregó a una mujer que iba como acompañante.
La víctima corrió detrás de los imputados, gritando que le habían robado. Dos mujeres que circulaban en otra moto iniciaron la persecución de la pareja, tocándoles bocina con insistencia. Pocas cuadras más adelante, una patrulla de la vial se sumó a la persecución y logró demorar a los imputados, que todavía tenían el celular robado en su poder.