El doctor Victor Hugo Díaz, un reconocido médico veterinario de la ciudad de Gral. Güemes, recibió un balazo en la muñeca de su mano izquierda, que le provocó una herida poco profunda, gracias a que providencialmente, fue protegida por la malla de acero de su reloj pulsera.
El incidente tuvo lugar después de la medianoche, cuando Díaz, salió junto a su familia para ver y grabar con su celular, el uso de pirotecnia sonora como parte de los festejos por la llegada de la Navidad. El médico veterinario, por su relación con los animales, especialmente los perros, sabe exactamente cómo les afectan los estruendos provocados por la pirotecnia sonora. Esa noche tenía la esperanza que, tras años de constantes trabajos de concientización por parte de distintas instituciones locales, sobre la necesidad de cambiar el uso de pirotecnia sonora por lumínica, ese esfuerzo se vea reflejado en la disminución de los estruendos con relación a los años anteriores, algo que para su decepción no pasó.
Mientras observaba cómo el cielo se iluminaba por el uso de cohetes, decidió filmar un espectáculo que para muchos se transformó en un trastorno. Mientras se encontraba grabando con su celular, sintió un fuerte golpe a la altura de su muñeca izquierda. Desconcertado, buscó el objeto que había hundido la malla de su reloj y provocado una herida que estaba sangrando. Grande fue su sorpresa al encontrar en el suelo, una bala como la responsable de su herida.
"Lo que no me explico es cómo pasó eso, ni quién pudo haber realizado el disparo, ni de donde vino, pero sin dudas que hubo una gran irresponsabilidad por parte de aquella persona que decidió celebrar realizando disparos al aire" comentó Díaz, luego de realizar una exposición policial de lo ocurridol.
Por la deformación de la bala y la herida generada, en un análisis ocular, desde la sección Criminalística de la Unidad Regional Nº 7, se pudo afirmar que la bala fue detonada, que pertenece a un revólver calibre 38, que el disparó golpeó algo muy duro antes de rebotar hacia la mano de la víctima. "No fue un disparo al aire, tal vez el causante apretó más de una vez el gatillo, y uno de ellos lo hizo cuando estaba bajando el brazo. El disparo salió entonces a media altura, pegó en una pared o algo similar, rebotando hacia donde se encontraba la persona herida" explicó el comisario Simón Pistán.
A pesar de tratarse de un rebote, la fuerza con la que llegó hasta Díaz, podría haberle quebrado la muñeca si no hubiese contado con la protección de la malla del reloj. También tuvo la suerte que no golpeó otra parte de su cuerpo como podría haber sido la cabeza, porque las consecuencias hubieran sido muy graves.