El 2022 ya se convirtió en el año más sangriento en la historia de Rosario con 258 homicidios dolosos, una cifra alimentada por la violencia narco y la inagotable cantera de sicarios que ofrecen sus servicios a las diferentes organizaciones criminales que combaten por el territorio.
Dos chicos de 14 y 15 años fueron las últimas víctimas del lastimoso conteo. Se trata de Eric Galliz y Valentín Solís, que fueron emboscados y asesinados a balazos en el Fonavi de Rouillón y Seguí, en el oeste de la ciudad.
Con este número, el contador del Ministerio Público de la Acusación (MPA) rompió el récord de 2014, cuando se registraron 254 crímenes en la Unidad Regional II de Santa Fe que abarca el departamento de Rosario (esa ciudad, Villa Gobernador Gálvez, Granadero Baigorria, Pérez, Funes, Ibarlucea y Arroyo Seco, entre otras localidades).
La saga de venganzas narco desatada tras el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, en 2013, y la guerra entre clanes fue la principal fuerza impulsora de los asesinatos sicarios durante ese año. Al siguiente, en 2015, la cifra descendió a 234, mientras que en 2016 se abrieron causas por 181 muertes.
En 2017, el número continuó en baja y tocó el piso de 165 muertes, pero en 2018 volvió a subir a 204. En 2019 se registró otra baja (169).
Pese a las restricciones por la pandemia, en 2020 hubo otro salto. El MPA anotó 214 homicidios y la curva siguió hacia arriba en 2021 (244). Aunque todavía no cerró, el 2022 barrió con todas las estadísticas en un año que comenzó con un cruento triple crimen, al cierre de una boda narco.
Fuentes que conocen de cerca la problemática no esperan que las cifras desciendan, por el contrario, prevén que la violencia irá creciendo por la disputa entre narcos por el territorio.
Para enfrentarla solicitan al gobierno provincial y nacional recursos presupuestarios, humanos y logísticos; control de armas por parte de la ANMAC; neutralizar las comunicaciones desde las cárceles de todo el país; un sistema legal más expeditivo; mayor entrenamiento policial; más trabajo en equipo y más prisiones.
Por qué Rosario rompió el récord de homicidios en 2022
Se consultó a fuentes calificadas que trabajan en el territorio sobre los motivos que impulsaron la suba desmedida de homicidios.
-El arresto de los principales líderes del narcotráfico y narcomenudeo en la ciudad: Luis Paz, Esteban Alvarado, el clan que responde a Brandon Bay y los jefes Los Monos. “Eso provoca que las disputadas en el territorio sean feroces con una violencia extrema. Estos jefes, que quieren ganar el terreno y el liderazgo, siguen dirigiendo todo desde las cárceles”, explicaron.
-Los homicidios están ligados a la actividad del narcomenudeo, pero esa figura legal no existe en Rosario. Son, en cambio, delitos federales. “Los jueces y los fiscales federales no están dando abasto”, remarcan.
-La falta de cárceles federales en el departamento santafesino. “Hay más de 400 presos federales en las cárceles provinciales”, indicó una fuente calificada.
-Las comunicaciones de las cárceles de todo el país con el territorio, no solo las de Rosario y Santa Fe. No son pocos los funcionarios que piden neutralizarlas. Ya es sabido que los líderes manejan los hilos desde las prisiones. Nahuel Novelino, por ejemplo, manejaba el tráfico por Facebook y otras redes sociales desde el penal de Rawson.
-El alto grado de violencia existente en barrios puntales de Rosario: Larrea, Empalme Graneros, Industrial, Tío Rolo, Las Flores, Tablada, entre otros, en los que ya se registraba una alta tasa de homicidio. “Necesitan un abordaje multiagencial como se hizo en Villa Banana. Cuando baja la conflictividad social y la vulnerabilidad, descienden los homicidios”, apuntaron.
-La gran circulación de armas. La Provincia lleva más de 700 armas incautadas en lo que va del año, porque la mayoría de las muertes son por el empleo de armas de fuego. El 30 por ciento de las incautaciones se realizan por prevención del delito. El resto es por flagrancia y por investigaciones. En este punto, sostienen que la ANMAC presta poca colaboración.
-Las disputas por el negocio narco va a seguir creciendo, eso nos indica que el nivel de violencia va a seguir siendo extremo.
-Recursos insuficientes en la Policía de Santa Fe, la Justicia y el Servicio Penitenciario provincial. Este año se ejecutaron incentivos para efectivos policiales y incorporaron vehículos y mobiliario, pero aún no cubre la demanda. “Está encaminado”, dicen. Faltan fiscales y jueces, requieren elementos para investigar.
-Necesidad de mayor capacitación de las policías, aunque ese punto también está en proceso.
-Falta de cohesión de las fuerzas políticas que impiden el “trabajo en equipo” y la continuidad de políticas.
-La pérdida del liderazgo policial en el territorio. “Hemos perdido el control policial en los barrios, en las calles, por problemas estructurales y yerros de la política. Hoy no tenemos un líder policial por culpa de la gestión de los políticos que se dedican a la política”, se lamenta un funcionario.