Él intentó iniciar una pelea con la madre de la víctima, pero la joven se interpuso para defenderla, por lo que el hombre comenzó a insultarla y amenazarla a ella. Llamó a la policía para pedir ayuda, pero cuando los llegaron los efectivos él se dio a la fuga.
Aclaró que el acusado tiene exclusión del hogar, ya que su madre lo había denunciado con anterioridad. Agregó que siente mucho temor por su integridad física y la de toda su familia, ya que el hombre es una persona violenta. Y para finalizar, solicitó la prohibición de acercamiento y de ejercer actos de violencia.
Unos meses después, el 19 de septiembre de ese año, vuelve la joven a radicar denuncia contra su padrastro. Ese día Ochoa saltó un portón e ingresó sin autorización a su casa. Con una pinza rompió puertas cercas de alambrado y candados. Cuando entró agredió a la madre de la denunciante, la insultó y amenazó. Esta vez agregó que el hombre se encuentra constantemente en estado de ebriedad o drogado, que se presenta en su vivienda sobre todo los fines de semana.
Luego de esas dos denuncias, el hombre fue detenido, alojado en la Alcaidía General.
Durante el juicio abreviado Ochoa reconoció haber cometido los delitos por los que su hijastra radicó denuncia. La jueza de Garantías 1, Ada Zunino, lo condenó a la pena de siete meses de prisión de ejecución efectiva, por ser autor de los delitos de amenazas (dos hechos), violación de domicilio y desobediencia judicial, y ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 1 de Villa Las Rosas.
En el fallo, la jueza dejó sin efecto la condicionalidad de una condena anterior, y unificó ambas en la pena de un año y nueve meses de prisión efectiva.
El hombre de 49 años seguirá detenido hasta cumplir su condena el 26 de diciembre de este año.
