Horror y conmoción en Apolinario Saravia, tras la denuncia de una mamá contra su ex pareja por abusar sexualmente de su propia hija. En la actualidad la menor tiene 16 años y los abusos comenzaron cuando tenía 8.
Todo se conoció en diciembre cuando trascendió la denuncia contra su exmarido por haber abusado sexualmente de la hija de ambos, cuando esta tenía ocho años. El 31 de enero el juez de Garantía interviniente libró una orden de detención contra el acusado, sin que se pudiera concretar. Se encuentra prófugo.
Estudios referidos a los abusos sexuales contra menores de edad indican que el temor es uno de los principales factores y/o trastornos que quedan casi inquebrantables en la psiquis de la víctima. Miedo que es provocado por quienes ultrajan, en el caso de la joven de 16 años, tras ocho años, y según contó atormentada por lo que tuvo que soportar, se animó a desatar ese nudo que durante años la mantuvo cautiva.
La primera en escuchar lo ocurrido fue la abuela de la menor, luego llegó a oídos de su madre. Desesperada y sin saber a quién recurrir en este tipo de circunstancias, acudió a un cura de Apolinario Saravia, sin embargo la gravedad de lo que entienden fueron años de ultrajes fue más allá de una ayuda espiritual y se terminó sellando en la denuncia que realizó el 14 de diciembre.
Fue la Fiscalía Penal de Apolinario Saravia, jurisdicción Sur, la que recepcionó la acusación en contra del padre de la víctima. El 30 de enero desde el Juzgado de Garantías de Joaquín V. González libraron la orden de detención del sujeto, quien decidió no presentarse ante la justicia.
Tras la denuncia de la madre, un médico legal se hizo presente en el domicilio para revisar a la víctima. "Según nos dijo existe una 'desfloración de larga data'", contó la mujer a El Tribuno. Tras la dolorosa confirmación, buscó asesoramiento legal y quienes se constituyeron como abogados querellantes son los letrados Jeremías Fernández y Mónica Ontiveros.
Al conocer la denuncia el acusado se dio a la fuga, a pesar de contar con una defensa técnica el día en que libraron su detención decidió evadir la Justicia y no apareció hasta la fecha. "Debemos recordar que podemos hacer uso de nuestros derechos, pero no abusar de los mismos", sostuvo el abogado Jeremías Fernández, querella por parte de la víctima, y agregó: "Cuando hay una orden que requiere la presencia del imputado este se debe poner a derecho".
Desde la parte querellante en la causa llevaron a cabo diversas diligencias con el objeto de que la Justicia pudiera dar con el paradero del padre de la víctima, acusado e imputado por el delito de "abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante, ambos agravados por el vínculo y la convivencia con una menor de edad". Las distintas diligencias solicitadas y aportadas por los querellantes a los fines de colaborar con la investigación y la parte instructiva en la causa aún no dieron sus frutos.
Entre las acciones desplegadas para encontrar al denunciado, se supo que presentaron dos líneas de teléfonos celulares pertenecientes al imputado, teléfonos que al parecer el hombre dejó de usar desde el 8 de febrero. Además, desde la división de la Brigada de Investigaciones confirmaron que el acusado no fue encontrado en ninguno de los domicilios aportados por la parte acusadora.
Según manifestó la denunciante, su expareja proviene de una familia adinerada, "tiene poder económico" y en consecuencia "estaría ejerciendo ese poder para evadir a la Justicia". La madre de la menor sostuvo que la familia del imputado lo estaría "encubriendo" y hasta señaló que fue amenazada por un hermano del presunto violador.
Relato contundente
El 16 de enero la joven fue entrevistada por profesionales del Ministerio Público Fiscal en un circuito cerrado (cámara Gesell) donde, según indicaron su madre y uno de sus abogados querellantes, su relato "fue contundente". Sostuvo que mientras su familia vivía en la casa de su abuela materna, a la edad de ocho años, fue cuando comenzaron los tormentos.
La primera vez que su padre abusó de ella fue en horas de la madrugada, dado que el hombre solía acostarse tarde, cuando todos estaban durmiendo, refirió la menor. Esa noche fue, según contó, cuando su padre la abordó sexualmente, antes le dijo que se callara y no hiciera ruido.
Dado que se trata de un delito sumamente grave y delicado, la norma internacional referida a la protección de la niñez, al igual que los pronunciamientos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ubican el relato de la víctima y sus recuerdos con el máximo peso probatorio.
Pericia psicológica
Para el martes de la semana que viene se llevará a cabo una pericia psicológica a la joven, la misma se realizará con la presencia de una perito psicóloga del CIF y una profesional propuesta por la defensa del imputado. El abogado Fernández al respecto señaló que dicho peritaje tiene un carácter más específico de lo ocurrido, más complejo tendiente a acreditar el impacto en la vida de la menor, las secuelas que pudieran haber quedado sobre la víctima. Acerca de esto último, la madre contó que durante años su hija se despertaba llorando.
