La fiscal penal de Violencia Familiar y de Género 2, Mónica Viazzi, representó al Ministerio Público Fiscal ante la Sala II del Tribunal de Juicio del Distrito Centro, en la audiencia de juicio abreviado contra un hombre de 45 años de edad por el delito de coacción (dos hechos).
Uno de los hechos se produjo cuando la damnificada, expareja del acusado, con quien tiene cinco hijos en común y de quien se había separado hacía tres meses, recibió una llamada del individuo.
La denunciante se encontraba en su lugar de trabajo, y le informó al acusado que no podía hablar en ese momento. Ante esto, él reaccionó amenazándola, diciéndole que no colgara, o de lo contrario iría a su trabajo y le causaría problemas.
Poco más de una hora después, el hombre se presentó en la dependencia policial donde trabaja la damnificada, quien salió a atenderlo al frente.
Al negarse la mujer a dialogar con él, el sujeto se molestó, la empujó y la amenazó, diciéndole que si lo denunciaba, debería atenerse a las consecuencias.
A pesar de estar ya separados, ambos continuaban residiendo en el mismo domicilio, pero en habitaciones separadas. La mujer le había solicitado en diferentes oportunidades que se fuera del hogar, a lo que el sujeto respondía con amenazas.
Del informe de riesgo realizado por la perito de la Fiscalía surgió que la damnificada presentaba un alto grado de vulnerabilidad, con indicadores de riesgo de violencia cronificada, violencia verbal, violencia física, violencia sexual, conductas de control y dependencia emocional.
El Juez Ángel Amadeo Longarte, luego de recibir la confesión del acusado, lo condenó a la pena de 2 años de prisión de ejecución condicional y, en el mismo fallo, le impuso reglas de conducta por el término de 2 años, tales como prohibición de ejercer actos de violencia física y psíquica en contra de la víctima y abstenerse de consumir estupefacientes o abusar de bebidas alcohólicas.