Sucedió en General Güemes, provincia de Salta. La mañana del viernes 7 de octubre amaneció tranquila en la vivienda ubicada en la intersección de calles Córdoba y San Lorenzo. Allí está ubicada la casa que alquila Manuel Sandez, donde vive con Nilda -su mujer- y sus hijos menores. Todo transcurría con calma hasta que se presentaron en el lugar la directora de Niñez del Municipio güemense, Claudia Navarro, junto a la Comisario Jimena Núñez y demás personal policial. Estos últimos llegaron pertrechados con armas de grueso calibre, asumiendo una postura amenazante y que distaba mucho del trabajo que tenían que realizar. Parecía más bien, que fueran a buscar a hallanar a una banda de delincuentes.
Sin mediar palabras, y sin exhibir la orden judicial correspondiente, los funcionarios procedieron a levantar de la cama a los 5 menores que dormían tranquilamente, para llevarlos a la comisaria. Los niños no entendían nada, los padres tampoco. A algunos de los niños los subieron a un móvil policial. Los menores, llorando desgarradamente a gritos y pidiendo por sus padres, según el relato de los vecinos afincados en el lugar.
Ya en la comisaría, los funcionarios le dijeron a Manuel Sandez que los niños debían ser trasladados a un hogar de menores en Salta capital por orden judicial. Es allí donde se produjo otra escena dramática, ya que los chicos no querían alejarse de sus padres.
Los atropellos de la comisario Núñez pasaron a ser moneda corriente y vienen sucediéndose de manera preocupante, recordemos además que Núñez no goza de una buena foja de servicio, ya que en un momento fue llevada presa por orden de la justicia, acusada de falso testimonio.
El día viernes, luego de una nota periodística del padre de los niños con el periodista Ángel Tesseira n los exteriores de la comisaría 101, no se le permitió al progenitor reingresar al interior de la comisaría. Según el propio Tesseira, “por el solo hecho de contar la terrible situación que estaba atravesando”.