El gobierno presidido por Javier Milei cumplió una de sus principales promesas de campaña: normalizar la situación del comercio exterior y eliminar el fatídico sistema SIRA que había implementado el ministro Sergio Massa en octubre del año pasado, y a partir del cual se institucionalizaba la corrupción.
A partir del día de hoy, el sistema SIRA dejó de existir oficialmente, y en su reemplazo se instrumentó el llamado Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), que no incluye ningún tipo de limitación cuantitativa para el ingreso de importaciones al país.
En otras palabras, el Estado dejará de limitar las cantidades importadas como lo hizo hasta ahora de manera arbitraria, y en su lugar se limitará a aplicar derechos de importación u otros gravámenes. Los importadores ya no necesitarán un permiso previo para importar por parte de la Secretaría de Comercio, la AFIP o el Banco Central.
Las restricciones cuantitativas fueron durante años la principal herramienta de los Gobiernos kirchneristas para instrumentar el proteccionismo, ya que los acuerdos firmados por el Mercosur fijaron pautas estrictas para subir aranceles más allá del 35% ad-valorem.
También quedaron desbaratadas todas las licencias no automáticas de importación, las cuales fueron creciendo exponencialmente desde el año 2003, y con el sistema SIRA llegaron a abarcar prácticamente el 100% de las posiciones arancelarias del código aduanero.
De hecho, la Resolución 1/2023 permite a los importadores ingresar bienes al país sin la necesidad de tramitar ninguna licencia (ni siquiera una licencia automática), simplemente deberán informar con anticipación sus operaciones y estas quedarán registradas de manera ágil y eficaz a través de una declaración jurada online.
Por primera vez en 20 años en Argentina vuelve a regir un sistema de importaciones convencional y sin restricciones por cantidad, como el que mantienen la mayor parte de los países en la región y en el mundo.
Al mismo tiempo, el Gobierno lanzó oficialmente el Padrón de Deuda Comercial por Importaciones con Proveedores del Exterior, a fin de que los afectados por las demoras en la entrega de divisas al cambio oficial puedan suscribir los nuevos bonos BOPREAL para normalizar su situación.
Estos bonos implican que el BCRA se compromete a pagar una deuda en dólares hasta el año 2027, divisas que hoy no tiene pero que podrá acumular en los próximos 3 años. Asimismo, los importadores podrán vender este bono en los mercados secundarios para hacerse de dólares y cancelar sus obligaciones con los proveedores en el exterior.