La Casa Rosada se muestra exultante con el retorno de Lula da Silva al poder en Brasil y se prepara para el relanzamiento de las relaciones bilaterales estratégicas con el objetivo de iniciar una nueva etapa de la integración con el resto de los países de la región. En ese marco, Alberto Fernández participa este domingo 1° de enero a Brasilia de la ceremonia de asunción del nuevo presidente brasileño, en la que compartirá escenario con delegaciones de unos 120 países, entre ellos 17 jefes de Estado y de gobierno.
Luego de pasar las fiestas de Fin de Año junto a su familia en Olivos, Alberto Fernández tiene previsto partir el mismo domingo a las 9 de la mañana desde Buenos Aires, acompañado por una mínima comitiva junto al canciller Santiago Cafiero. A las 12 en Brasilia está previsto el acto oficial y a la tarde- noche regresan a Argentina.
El reencuentro con Lula da Silva, ya embestido presidente, es un anticipo de la primera reunión bilateral que mantendrán ambos presidentes entre el 23 y el 25 de enero en Buenos Aires, cuando el jefe de Estado brasileño visite Argentina en su primer viaje al exterior, en el marco de la cumbre de la CELAC convocada por Alberto Fernández, como presidente del bloque de dirigentes progresistas latinoamericanos.
El 24 de enero sesionará la CELAC en el hotel Sheraton de Buenos Aires -también están invitados los presidentes de Venezuela y México- y está previsto que Lula comunique su decisión de reintegrar a Brasil al bloque progresista, luego de que Jair Bolsonaro tomara la decisión de apartarlo temporalmente en enero de 2020.
Pero más allá de las relaciones bilaterales, Alberto Fernández suele señalar que su relación con el presidente de Brasil es de amistad personal. De hecho, Fernández fue el primer presidente electo en visitar a Lula el 4 de julio de 2019, cuando se encontraba en la cárcel y dijo "no dudar de su inocencia" en la causa por presunta corrupción, de la cual fue liberado y sobreseído.