Mashur Lapad acumula varias décadas como legislador provincial y su nombre es sinónimo de tercera autoridad política de la Provincia desde hace más de veinte años, en los que hubo tres Gobernadores, con todo lo que ello implica para Salta.
Este viernes asumió un nuevo mandato el sempiterno senador provincial por Rivadavia, y tras ello, se anotó su enésima presea como vicepresidente primero del Senado, es decir que seguirá ocupando el cargo que lo convierte tercer hombre en la línea de mando provincial.
Desde el año 2001, ocupa ininterrumpidamente la vicepresidencia primera del Senado y en muchos períodos, el control casi total de esa Cámara, según lo habilitó el perfil del presidente natural y vicegobernador de turno.
Por ejemplo en las presidencias de Andrés Zottos y Miguel Isa (12 años en total), la hegemonía de Lapad en la Cámara Alta fue notoria. Antes de Antonio Marocco, el último presidente con impronta y conducción política había sido Walter Wayar, actual senador por Cachi.
Mashur Lapad y su enorme acullico es una de las imágenes de lo poco que cambia Salta en varios aspectos y el del poder político es un caso testigo.
Mientras tanto, en Rivadavia se aprestan para vivir otro verano tempestuoso, sin la provisión de agua segura nada más que a través de camiones cisterna, eso sí, están provistos de un software que monitorea con precisión dónde y cuánta agua se deposita en tachos y baldes las comunidades de la zona. Todo esto, a pesar de estar ingresando a la cuarta temporada de vigencia de la Emergencia Sociosanitaria.