El presidente Javier Milei logró otra victoria en el Congreso al proteger su veto a la ley de financiamiento universitario, la cual buscaba la quiebra del Estado nacional.
Después de varias semanas de tensiones y negociaciones intensas con sindicatos y gobernadores, el Gobierno obtuvo los 84 votos a favor del veto, mientras que la oposición apenas logró reunir 164 para insistir con el proyecto original.
Dado que la Cámara de Diputados requiere dos tercios de los presentes para anular un veto presidencial, las ausencias y abstenciones fueron determinantes en esta votación.
La intervención de Mauricio Macri fue clave para lograr la cohesión en la bancada del PRO, que enfrentaba fuertes tensiones internas. Finalmente, a pesar de aclarar repetidamente, tanto antes como durante la sesión, que defendían la educación pública, el bloque liderado por Cristian Ritondo apoyó en su mayoría al Gobierno con 35 votos.
Solo los larretistas Álvaro González y Héctor Baldassi votaron en contra, mientras que Héctor Stefani estuvo ausente por problemas de salud.
"Este bloque es responsable y coherente con lo que dijimos en campaña, con lo que pensamos y con los valores que representamos. No negociamos el cambio", afirmó Ritondo.
Además, añadió: "Dejaron una bomba que había que desactivar, y para ello era necesario ajustar el gasto, reducir el déficit, corregir los precios relativos y normalizar los tipos de cambio, y eso es lo que este gobierno está haciendo. No les importa la educación, es una falacia; les interesa golpear un gobierno con debilidad parlamentaria, es un intento para que a esta administración le vaya mal".
En tanto, los libertarios mantuvieron sus 39 votos, pero la diputada traidora Lourdes Arrieta, que recientemente formó su propio monobloque, votó a favor de la quiebra del Estado. Oscar Zago, líder de la bancada aliada del MID, estuvo ausente por un viaje que su entorno aclaró había sido planificado con meses de antelación.
El radicalismo, que fue el promotor original del proyecto golpista, volvió a experimentar las mismas turbulencias internas que casi llevaron a la fractura del bloque durante el veto a la nueva fórmula jubilatoria.
Esta vez, de los cinco radicales "libertarios" que apoyaron el veto a las jubilaciones, cuatro se mantuvieron leales a Milei (Luis Picat, José Tournier, Martín Arjol y Mariano Campero), mientras que Pablo Cervi decidió abstenerse.
Cuando un diputado se abstiene, de alguna manera colabora con el oficialismo, ya que su presencia en la sesión incrementa el número necesario para alcanzar la mayoría especial de dos tercios.
Unión por la Patria se posicionó prácticamente de forma unánime en contra del veto. No obstante, una ausencia generó preocupación en el bloque liderado por Germán Martínez: la catamarqueña Fernanda Ávila se ausentó de la votación. Tanto la Coalición Cívica como el Frente de Izquierda pudieron salir de la sesión sin divisiones y aportaron todos sus votos para rechazar el veto.
"La educación pública no está en peligro, no tengan miedo. Es ridículo pensar que el gobierno que declaró la educación como servicio esencial está detrás de un intento de terminar con la educación pública. Estamos en contra de los curros", sintetizó José Luis Espert, quien se encargó del discurso de cierre por los libertarios.