Desde la llegada de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa al Gobierno en diciembre de 2019, la facilidad para hacer negocios en Argentina se deterioró sistemáticamente. El modelo económico demuestra un agotamiento notorio, la actividad se estancó desde agosto del año pasado y la tasa de inflación escaló al umbral más alto de los últimos 32 años.
Los incesantes desequilibrios fiscales trataron de ser cubiertos por un aumento de la presión tributaria, el kirchnerismo creó o aumentó hasta 33 impuestos confirmados en lo que va de su gestión, y estudia crear otros dos impuestos más por iniciativa del ministro Massa.
Pese a todo esto, el déficit primario del Gobierno nacional todavía sigue en niveles muy superiores a los que había antes de la pandemia, y en los últimos meses las finanzas públicas profundizaron todos sus desequilibrios.
Uno a uno, todos los aumentos impositivos del kirchnerismo
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Bienes Personales
La primera suba de este impuesto se anunció en diciembre del año 2019, una de las primeras medidas del Gobierno de Fernández. La tasa máxima para bienes situados en el país se incrementó del 0,75% al 1,25%, y se establecieron una serie de recargos adicionales con una tasa máxima del 2,25% para bienes situados en el exterior.
Más tarde, en 2021 el impuesto volvió a aumentar, esta vez llevando la tasa máxima al 1,75% para los bienes declarados en el país, manteniendo los mismos gravámenes para los del exterior. La tasa promedio del impuesto se incrementó del 0,8% al 1,15%.
A partir del año 2022 la AFIP modificó su criterio para determinar el valor fiscal de los inmuebles declarados en la Ciudad de Buenos Aires, haciendo que en la práctica el peso del impuesto aumentara considerablemente para los usuarios con bienes en esta jurisdicción.
En junio de 2023 el kirchnerismo volvió a subir el impuesto, modificando el criterio de la AFIP para el tratamiento de las criptomonedas, a fin de que fueran efectivamente alcanzadas por el tributo.
Desde el año 2020 se creó un nuevo impuesto que se superpuso con Bienes Personales, el llamado “impuesto a la riqueza”. Se estableció una sobretasa de entre el 2% y el 3,5% para bienes situados en el país, y entre el 3% y el 5,25% para bienes declarados en el exterior. Argentina se convirtió en el país con los impuestos al patrimonio más altos del mundo con este recargo.
Fue prorrogado sistemáticamente por el período fiscal 2021 y más tarde para el 2022, pero todo indica que el Gobierno no podrá hacer lo mismo para diciembre de 2023 debido al cambio de autoridades.
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Cargas sociales para las empresas
El kirchnerismo anuló gran parte de las disposiciones de la reforma tributaria de 2017, entre las cuales se postulaba un sendero de reducción gradual para los impuestos al trabajo que pagan las empresas. La Ley 27.541 desbarató las rebajas, y congeló la alícuota para las empresas en el 20,4% del sueldo bruto de los empleados (una de las más altas del mundo).
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Impuesto PAIS
Este impuesto distorsivo fue creado en diciembre de 2019 por iniciativa del fallido exministro Martín Guzmán, inicialmente ideado como una devaluación encubierta. Se fijó un recargo del 30%para la compra de divisas en el mercado legal de cambios, consumos con tarjeta de crédito y débito, y adquisición de servicios en el exterior, entre otras cosas. En el caso de algunos servicios digitales como Netflix y Spotify se fijó una tasa reducida del 8%.
Este impuesto fue sistemáticamente generalizado a cada vez más transacciones. En 2022 se lo aplicó para la adquisición en el exterior de servicios personales, culturales y recreativos, dando lugar al famoso “Dólar Coldplay”.
Más tarde, el Decreto 682/2022 lo generalizó para la importación de algunos bienes suntuarios, como automóviles y motos de alta gama, jets privados, embarcaciones de uso recreativo, bebidas alcohólicas premium, relojes, máquinas tragamonedas, máquinas para minar criptomonedas, entre muchos otros.
El Decreto 377/2023 elevó la tasa de percepción hasta el 25% para servicios postales, telecomunicaciones, primas de seguro, servicios jurídicos, contables y gerenciales, servicios vinculados con el comercio y servicios audiovisuales, entre otros afectados.
En julio de este año el ministro Massa volvió a generalizar el impuesto, esta vez con un recargo del 7,5% para la mayor parte de las importaciones de bienes y servicios. En el caso de los bienes suntuarios se aplicó una tasa superior del 30%. Esto convirtió al país en una de las economías más cerradas del mundo.
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Impuesto a las Ganancias para sociedades
El Gobierno anuló la rebaja del impuesto de Sociedades en diciembre de 2019, la cual había sido programada del 30% al 25% por la reforma tributaria de 2017. La segunda suba tuvo lugar con la sanción de la Ley 27.630, por medio de la cual se reemplazó el “flat-tax” por un sistema progresivo con una tasa superior del 35%.
Como el pago de dividendos continuó apostado en el 7%, la presión efectiva para las empresas más grandes alcanza casi el 40% después de distribuir utilidades, un nivel que deja al país muy alejado de los parámetros convencionales de la OCDE.
El tercer aumento de este impuesto tuvo lugar por medio de la modificación de los parámetros para actualizar los balances contables. Se extendió de 3 a 6 períodos fiscales la posibilidad de imputar quebrantos por el efecto de la inflación. Muchos resultados contables daban ganancias meramente nominales que no existían en la realidad, pero las empresas debían pagar impuestos por ello.
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Impuesto a los débitos y créditos bancarios
La ley de Solidaridad llegó a duplicar la tasa del impuesto al cheque del 0,6% al 1,2% en diciembre de 2019, y se aplicó para las empresas medianas y grandes. Más tarde el sistema se generalizó para alcanzar, además, a los pagos efectuados por medio de billeteras virtuales (que hasta ese momento no eran alcanzadas).
Se produjo un tercer aumento con la generalización de este impuesto para las transacciones con monedas digitales a través de diversas plataformas, que tampoco estaban alcanzadas originalmente.
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Impuesto al Valor Agregado (IVA)
El Gobierno anuló completamente todas las exenciones que habían sido desplegadas por la administración de Macri sobre los productos de la canasta básica en 2019. Los bienes alcanzados volvieron a estar gravados con una tasa de entre el 10,5% y hasta el 21% en algunos casos.
El ministro Massa revirtió parcialmente este aumento con un programa temporal de “Compre sin IVA”, que solo durará hasta las próximas elecciones generales. Se trata de una medida meramente coyuntural y electoralista, y no una rebaja tributaria permanente.
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Retenciones a la exportación
Otra de las primeras medidas de Fernández fue la eliminación de las retenciones móviles anunciadas por Macri, y su reemplazo por un sistema rígido de tasas ad-valorem. Se estableció un gravámen máximo del 33% para el caso de la soja, una tasa que se mantiene hasta el día de hoy y permanece en máximos históricos.
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Percepciones sobre la compra de dólares y gastos con tarjeta
No conforme con la introducción del impuesto PAIS, el Gobierno también añadió una percepción adicional a cuenta del impuesto a las Ganancias para pagos efecuados con tarjeta hacia el exterior. A estos efectos, se estableció inicialmente la tasa más alta que dispone el impuesto en torno al 35%.
El nuevo gravámen aumentó del 35% al 45% por iniciativa de Silvina Batakis en su breve y fallida gestión, argumentando que si la gente viajaba al exterior, esto “colisionaba” con la generación de puestos de trabajo. La única excepción fue la compra de dólares para el ahorro.
Más tarde se añadió un recargo adicional y extraordinario del 25% sobre estas compras con tarjeta, esta vez a cuenta del impuesto de Bienes Personales. En el caso de las compras para el dólar ahorro, se instrumentó una suba del 35% al 45% para compensar la diferencia.
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Impuestos Internos a productos tecnológicos y electrónicos
El Gobierno incrementó la presión de los impuestos internos a los productos electrónicos, del 0% al 6,55% para aquellos ensamblados en Tierra del Fuego, y del 10,5% al 17% para los que se importan desde el exterior.
El Presupuesto de Massa para 2023 volvió a aumentar estos impuestos, esta vez imponiendo una tasa del 19% para los productos electrónicos importados, y hasta el 9,5% para los ensamblados en Tierra del Fuego. Todos los consumidores se vieron afectados, pero especialmente aquellos de más bajos ingresos.
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Impuesto a las apuestas online
El Presupuesto 2021 de Martín Guzmán implementó una tasa del 5% para gravar las apuestas por internet dentro del mercado doméstico. Si las apuestas involucran a alguna entidad en el exterior, la tasa aumenta al 10%. En caso de que la contraparte extranjera sea considerada un “paraíso fiscal”,el recargo correspondiente aumenta al 15%.
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Aumento sobre las primas de seguros y sobretasas
Desde 2021 se creó una nueva contribución obligatoria del 0,5% sobre las primas de seguro automotor, regulada por la Comisión Reguladora del Transporte. El Gobierno también creó un “Fondo Nacional del Manejo del Fuego”, con un impuesto asociado del 3 por 1.000 sobre todas las primas de seguro, con la sola excepción de los seguros de vida.
Más tarde, el Presupuesto 2023 creó formalmente la “Tasa de Seguridad de Aviación”, recargada sobre pasajeros que embarquen en vuelos internacionales, regionales, o de cabotaje en Argentina.