Luego de anunciar, con un estridente comunicado en el primer día del año, que impulsaría el juicio político contra los cuatro miembros de la Corte Suprema en el marco del conflicto con la Ciudad por la coparticipación, el Gobierno busca insistentemente obtener el apoyo de Salta, Misiones, Neuquén y Río Negro, que resisten la presión y se mantienen a distancia de la iniciativa. Alberto Fernández está preocupado por la imposibilidad de reunir las voluntades necesarias para que la iniciativa avance en comisión de Diputados.
El Presidente, que emprende con el pedido de juicio contra la Corte Suprema un viaje repleto de escollos políticos, empezando por los números en el Congreso, está urgido del apoyo de los gobernadores. Por eso, sus alfiles se encuentran en diálogo con referentes afines a los gobernadores de los distritos que tomaron distancia y que, creen aún, podrían terminar apoyándola: Gustavo Sáenz, de Salta; Oscar Herrera Ahuad, de Misiones; Omar Gutiérrez, de Neuquén; y Arabela Carreras, de Río Negro. Todos ellos encabezan partidos locales en ocasiones afines al gobierno nacional, pero que en esta oportunidad se despegaron, por distintos motivos. Entre los cuatro están coordinados, y no se mueven más allá de la postura del documento que emitieron hace diez días.
En principio, el límite que tienen es ese comunicado, que dieron a conocer en conjunto después de la reunión previa a Navidad entre el Presidente y 14 gobernadores. Allí, los jefes provinciales de esas cuatro provincias criticaron el fallo de la Corte sobre la disputa por la coparticipación entre el gobierno nacional y la ciudad de Buenos Aires, pero se desmarcaron de la misiva a la que habían suscripto el primer mandatario y el resto de los gobernadores.
De hecho, esa semana, Herrera Ahuad había explicado que la idea del comunicado tenía que ver “con el hecho de que los recursos deben ser para todas las provincias y no sacarle a uno para darle al otro. Porque actualmente esos recursos van a la provincia de Buenos Aires”. Pero evitó dar respaldo al avance más fuerte del Gobierno contra el máximo tribunal.
Quien habla con los gobernadores para que apoyen el pedido de juicio es el secretario de la Presidencia, Julio Vitobello, muy cercano al Presidente. Pero por ahora se encontró con un tope a la insistencia. Y hoy, durante su visita a Posadas, Misiones, Alberto Fernández volvió a plantear el pedido de respaldo, aunque de manera informal, pero al momento no logró hacer que los ejecutivos provinciales cambien de opinión. En tanto, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que responde a Cristina Kirchner, no intervenía; tampoco el jefe de Gabinete, Juan Manzur, que también parecen haberse distanciado de la movida.
El Gobierno tampoco pudo sumar el apoyo de Entre Ríos. A pesar de que Gustavo Bordet participó ayer del encuentro en la Casa Rosada para definir la solicitud de juicio que ingresaría hoy por mesa de entradas de la Cámara de Diputados, y de que el Gobierno sumó su nombre a la solicitud, terminó pidiendo que quitaran su firma.
Cada apoyo cuenta para el oficialismo, que sufriría un revés importante en caso de que la iniciativa no lograra siquiera ingresar al recinto por falta de apoyo en comisión, donde necesita al menos que 16 de 31 diputados firmen el dictamen. En principio, los respaldos resultarían insuficientes para avanzar al debate sobre tablas.
De todas firmas, decidido a avanzar contra la Corte Suprema, Alberto Fernández citó en Olivos esta tarde al titular del bloque del Frente de Todos en Diputados, Germán Martínez, y a la presidenta de la comisión encargada, Ana Carolina Gaillard, para entregarles personalmente el documento con la solicitud formal, y les pidió que aceleren su tratamiento.