Las Letras de Liquidez (Leliq) del Banco Central, una bomba monstruosa de inflación que tenía sus orígenes en las Letras del Banco Central (Lebacs) del 2002/2003 y que fue uno de los ejes de las críticas de Javier Milei durante la campaña, finalmente dejaron de existir este viernes 12 de enero.
Milei había descripto en la campaña que las Leliq eran el primer obstáculo a superar de cara a la eliminación del cepo, la unificación del tipo de cambio, la futura liquidación del Banco Central y la eventual dolarización.
Este jueves 11 de enero vencieron los últimos $1,03 billones de pesos que todavía quedaban en el balance del BCRA, y oficialmente ya no hay más tenedores de Letras de Liquidez en Argentina. La entidad conducida por Santiago Bausili había dejado de emitir nuevas el pasado 14 de diciembre y 28 días después, vencieron las últimas.
La “bomba de las Leliq”, como habían sido llamadas por Milei pero que tienen un sentido literal, se desactivó así en un mes y un día de Gobierno, algo que ni Mauricio Macri ni Alberto Fernández habían podido lograr en sus 4 años.
Esta bomba llegó a contener hasta $15 billones de pesos, eso es un 15 seguido de doce ceros, en el último pico de octubre pasado. Todos estos pesos estaban estacionados en esas letras para que no circulen por la economía y generen inflación, pero causaban un círculo vicioso en el que el Banco Central tenía que emitir para pagar una tasa que ascendía a un 133% nominal y en las que los bancos invertían los depósitos de sus clientes.
Estos pesos hoy están contenidos en otros instrumentos, principalmente en Pases Pasivos y BOPREAL, que, si bien mantiene latente el riesgo de una hiperinflación, ya no están respaldando los depósitos en pesos de la gente, por lo que se pueden desarmar en una liquidación del Banco Central sin afectar a las emrpesas y ciudadanos de pie.
Eliminar el cepo con casi $15 billones de pesos encerrados en en esos papeles era, prácticamente, una garnatía de que $15 billones se volcarían de inmediato al mercado cambiario para comprar divisas, disparar el precio del dólar y, con ello, hacer estallar una hiperinflación.
De esta manera, el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, en tan solo un mes otorgó alternativas para defenderse de la inflación sin que se tenga que recurrir a la compra de dólares. Si bien los Pases y el BOPREAL son buenas alternativas que cayeron bien en el mercado, la realidad es que ninguna ofrece una tasa tan gustosa como la que ofrecía el ex ministro Sergio Massa en las Leliq, extremadamente codiciada por los bancos.
Los Pases Pasivos pagan hoy 100% nominal anual, mucho menos que el 133% que pagaban las Leliq. Y es un rendimiento que compara con una inflación mucho mayor, que hoy marcha cómoda por encima del 200% anual. Los pesos colocados a esa tasa pierden valor a diario.
Esto quiere decir que eventualmente habrá una movida al dólar y será necesaria una nueva devaluación, por lo que la necesidad de dolarizar sigue vigente. El plan de Milei es el mismo: conseguir los fondos para rescatar la Base Monetaria y los $27 billones de pesos que todavía están entre los pasivos remunerados del BCRA.