Tras conocerse la acción irregular, sostenida en el tiempo –cobra hace 5 meses aproximadamente- por el diputado de La Candelaria, Fabio Rodríguez, quien, mediante mentiras y artilugios, se aprovechó de una joven, para quedarse con alrededor de 150.000 pesos mensuales, para su propio beneficio. Hoy desde el Senado Provincial, otro legislador, reconoce realizar la misma acción por la que hoy se investiga al diputado y abre una caja de pandora, de la cual se habla por lo bajo, pero que la justicia decide no tocarla.
Hablamos de Miguel Héctor Calabró, senador del Frente de Todos, bloque Evita Conducción, quien con un facilismo pocas veces visto, reconoció en una entrevista con Agenda/Salta que: “Los AP políticos que tengo son gente que le faltan 3 o 4 años para jubilarse, que no tienen obra social, que no consiguen laburo en ningún lado, les doy el trabajo en blanco”, hasta ahí parece ser una obra de caridad por parte del legislador. Eso sí, con la plata de los salteños, que el distribuye a discreción. Pero la cosa se pone oscura: “se quedan con unos mangos y lo otro lo ponemos en un pozo, lo junto con mi dieta y con eso hacemos acción social”.
Es decir, que no solo admite que el famoso AP, lo utiliza para hacer política con su nombre, si no que cuenta con un planificado sistema de recaudación, que el Senador Peronista llevaría a cabo con sus asesores, algo que es un delito tipificado y que tiene que ser investigado por la justicia. Que ya tiene por ejemplo al diputado de La Candelaria, Fabio Rodríguez denunciado y que en las últimas horas se conoció la conformación de una Comisión para “analizar” los manejos del funcionario. Como decía el extinto líder peronista, Juan Domingo Perón: "Para que algo no se aclare, nada mejor que formar una comisión"
Para entender, el funcionario de La Candelaria, negó los hechos que se le adjudican, relativizando ante la justicia lo sucedido y cargando la culpa a una especie de vendetta opositora por las denuncias contra la corrupción que según él, viene realizando. SIC.
En este caso, es mucho más grave, porque Calabró, no solo admite cometer una acción deliberada en su beneficio, sino que, además de manera casi amenazante, pide que lo denuncien. Mostrando un grado de impunidad gigantesco solo por el hecho de ser un legislador, o tal vez simplemente demuestra un desconocimiento de las leyes inexplicable para la posición que ocupa: “Que me denuncien, lo digo públicamente porque quiero que alguien me denuncie, hago desde campeonatos de vóley, pago árbitros para que los chicos jueguen al fútbol los fines de semana”.
La justicia tendría que intervenir de oficio y enviar un pedido al Presidente de la Cámara de Senadores -Vicegobernador de la provincia- Antonio Marocco, exigiendo que se informen quiénes revistaron y revistan como empleados del Senador Héctor Miguel Calabró, solicitar los números de teléfono correspondientes a estos asesores a los que el legislador les exige parte de sus salarios y entrecruzar las llamadas, a modo probatorio.
Para finalizar, entender que es inviable llamar Honorable a una Cámara, donde el delito parece estar visto como parte del paisaje. Y que, de manera corporativa, se cuidan ante la justicia –ejemplo el Senador “Topo” Ramos, a quien no se le sacan los fueros y la justicia espera para juzgarlo por corrupción- porque ante la observación al senador Calabró, de que está cometiendo un delito, donde se le señala que la plata de los salteños, no tiene por qué ser utilizada en acciones proselitistas que solo buscan visibilizar su nombre, no muestra un mínimo de arrepintiendo, y sube la apuesta diciendo “quiero que alguien me denuncie”. Panorama oscuro para los comunes, para nosotros lo que no pertenecemos a la casta política.
Minuto 28 en adelante
