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Gabriel Solano: “El ajuste está haciendo crujir las bases del Gobierno”

El conflicto laboral por los neumáticos, tensiones internas de la CGT. Porque fracasó la política de Sergio Massa y el crecimiento de la derecha.

Gabriel Solano: “El ajuste está haciendo crujir las bases del Gobierno”

Gabriel Solano participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, en la que se refirió al conflicto que laboral en las empresas fabricantes de neumáticos. “Ha sido un chantaje de las empresas para que los trabajadores admitan una pérdida que no están admitiendo”, sostuvo.

El legislador de la izquierda también critico la política económica del ministro de economía  Sergio Massa en relación al dólar soja. “Este dólar soja implicó una transferencia de recursos gigantesca a un sector de la economía que venía ganando” señalo Solano en Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

Al ser consultado de como afecta a los trabajadores el reciente conflicto laboral en el sector productor de neumáticos?. Solano respondió:

—Lo que está ocurriendo es un conflicto que nos interesa a todos los trabajadores de la Argentina. Porque tiene que ver con cómo los trabajadores luchan por el salario en un contexto de inflación, el reclamo justamente es una paritaria que permita ganarle a la misma y no perder, como está pasando con la mayoría de los trabajadores. Las empresas, que son tres grandes principalmente en Argentina, dos extranjeras y una nacional que es Fate, quisieron evitar que haya un aumento salarial que le gane a la inflación. Así que las amenazas de cierre, que no se produjo, yo lo tomo como chantaje de las empresas para que los trabajadores admitan una pérdida que no están admitiendo. Una cosa a tener en cuenta es cómo se posicionan todos los sectores políticos en esto, ya que ha habido una especie de fiebre patronal. Patricia Bullrich, Vidal, todo el mundo a favor de las empresas. Es terrible porque todos quieren ser candidatos a presidente y en vez de defender a los trabajadores de Argentina defienden a empresas internacionales. Me parece bastante elocuente lo que ha ocurrido estos días y que el ministerio de trabajo después de treinta y pico de audiencias haya tolerado este chantaje patronal.

—Durante el conflicto, el presidente Alberto Fernández recibió a parte de la dirigencia de la CGT. ¿Cómo evalúa la actuación de la central sindical?

—En primer lugar lo de la CGT es un bochorno, una vergüenza, que en el medio de un paro tan importante, que ha ganado la primera plana de todo el país, en vez de ir a ver al presidente para reclamar una solución para los trabajadores, va a ver al presidente para que se ponga firme contra los trabajadores. Es una CGT patronal la que hay, porque lo debería hacer es defender a los laburantes, no existe para defender a las empresas y fueron justamente hacer eso. Lo hacen porque el triunfo de los trabajadores de neumáticos en las condiciones que se están pidiendo dejan en evidencia todos los acuerdos negativos que los sindicatos que hoy dirigen la CGT realizan contra los trabajadores. Donde Caballeri, Daer y UPCN  firman paritarias a la baja todo el tiempo, por eso van a  pedirle al presidente que se ponga duro contra los trabajadores.

—En estos días circularon versiones de la renuncia de Pablo Moyano al triunvirato que dirije actualmente la CGT. ¿Qué opina sobre esto?

—Que se efectivice esta renuncia marcaría que el ajuste está haciendo crujir la base del gobierno, no podría ser de otro modo, el ajuste  pactado con el Fondo Monetario es lo suficientemente brutal como para que una base de gobierno termine crujiendo. Hoy también hay un paro de ATE Nacional que lo dirige un sindicato que cuya dirección está encabezada por el Frente de Todos y hace un paro nacional. Porque necesariamente hay una presión de los trabajadores que se va reflejando en las actitudes de sus dirigentes y a veces no con la tenacidad que debería ser, termina reflejando ese tipo de cuestiones. Yo creo que hay un crujir de un gobierno que es peronista, o sea se reclama peronista, yo no tengo un peronómetro para decir o no si es peronista, pero se dice peronista, y como gobierno peronista pacta con el Fondo Monetario un ajuste contra el pueblo. Esto es una crisis y la estamos viendo, y eso es una manifestación de la crisis.

—¿Qué opina de la medida que impulsó el ministro Sergio Massa con el dólar soja para fortalecer las reservas?

—Obviamente, estoy en contra. Porque es un ajuste contra los trabajadores, no contra los capitalistas, este dólar soja implicó una transferencia de recursos gigantesca a un sector de la economía que venía ganando. El banco central compra a $200 el dólar sojero y lo vende a $140, por cada dólar que compra pierde $60, razón por la cual los 6 mil millones que estuvieron liquidando los sojeros implican para el Banco Central una pérdida de 360 millones de pesos. ¿Cómo lo cubrió el Banco Central? emitió, porque tiene la maquinita. Esa emisión genera más inflación y esa busca compensar a una suba de la tasa de interés que es recesiva e impacta sobre el consumo. Es una transferencia de recursos a favor de los empresarios, ajusta a los de abajo pero no a los de arriba, esta medida fracasó en el sentido de que ahora los dólares alternativos están arriba de los $300 cada dólar, alternativo me refiero a los dólares financieros que son los más importantes. Fue una medida de corto plazo, de un mes, que preanuncia una devaluación de orden mucho más general en la economía Argentina, devaluación que va a profundizar la inflación que está en marcha y obviamente la transferencia de recursos de trabajadores de capital, eso es lo que va a pasar.

—La semana pasada el senado le dio media sanción al proyecto que amplía la Corte Suprema a quince miembros. ¿Cuál es su posición ahora que se debatirá en diputados?

—Mi posición es contraria, porque esto no modifica el carácter de la corte como una medida institudinaria. Nosotros somos partidarios más en general de una elección popular de los jueces y una revocatoria popular de los jueces, que la ampliamos también a los fiscales que cumplen una función muy importante en la justicia de este país. Esto no cambia el carácter corporativo de un poder no electo por el pueblo, siendo que es un poder del estado, uno de los tres poderes que marca la Constitución Argentina. Entonces nosotros no apoyamos eso y no lo vamos a votar a favor. Es una maniobra de corto plazo, porque saben que no pasa por diputados e incluso en el caso hipotético de que pase y lo aprueben no tienen los dos tercios necesarios para nombrar a los dos nuevos jueces, porque la Constitución establece que para aprobar la reforma necesitan una mayoría simple, que es lo que ocurrió, pero nombrar jueces nuevos requiere una mayoría especial y no la tienen. Es una bandera en parte distraccionista del ajuste que se está aplicando, porque la que más quiere distraer esto es Cristina Kirchner que en su momento con Guzmán hacia algún tipo de crítica y en la actualidad con Massa no se le escucha ningún tipo de cuestionamiento al ajuste que lleva adelante que es mucho más fuerte de lo que aplicaba o quería aplicar Guzmán en materia de tarifa, tasa de interés, de reducir los presupuestos sociales, en todos los planos.

—A raíz del triunfo de la ultraderecha en las elecciones de Italia y las próximas elecciones en Brasil donde Jair Bolsonaro busca la reelección. ¿Qué opina del auge de la derecha radical?

—En Italia gana una fascista o una unión fascista como se la quiera nombrar y en Brasil el más fascista que vendría a ser Bolsonaro va a perder, entonces parecen dos contrastes lo que está pasando. El triunfo de una persona claramente fascista, no quiere decir que sea parte de un movimiento fascista, son dos cosas distintas. Por ejemplo Milei es un fascista y en la Argentina no hay un movimiento fascista. Todavía creo que no hay un movimiento fascista en Italia ya  que los movimientos fascistas se caracterizan por ser movimientos de masas organizados por fuerzas reaccionarias contra los trabajadores, en parte eso fue Hitler, Mussolini. Hay un gran desencanto con la democracia Italiana porque el empobrecimiento del pueblo italiano es muy significativo. Italia está en decadencia como país, tiene una deuda del 150% de su PBI, hay un retroceso de la capacidad industrial en Italia, y por lo tanto está sufriendo los golpes muy fuertes de la crisis social, que no es solamente en la Argentina sino en todo el mundo. Entonces es eso, es una salida por derecha de esa crisis, no es una salida progresista. Cuando vos ves lo de Brasil donde gobernó la derecha, esta va derecho a una derrota electoral, porque prometió una serie de recursos que no pudo y ahora vos ves a Bolsonaro que arma una especie de plan platita como Cristina Kirchner, porque está desesperado a ver si tiene unos puntos. Pone dinero en planes sociales, es decir que las condiciones de un movimiento facista en Brasil y en Italia todavía no están reunidas, lo cual no quiere decir que no lo pretendan hacer.

—Usted hace diferencia cuando un político es fascista y cuando un movimiento lo es. ¿Piensa que el partido Libertario que lidera Javier Milei es fascista?

—Por supuesto. La palabra libertario en este caso alude a una libertad de acción del capital contra los trabajadores. No tiene ningún tipo de limitación a la libertad del capital para tratar a los trabajadores, entonces lo que se ve como libertad está en la negación de la libertad para otro. Lo dijo Milei, el trabajador es libre de morirse de hambre, hermosa libertad. Parece una libertad falsa, porque no conozco ningún trabajador que renuncie a agarrar un laburo, por más miserable que sea, para llevarle algo de comida a su familia. Esa libertad es una la libertad abstracta, no se aplica la realidad. Son grupos realmente fascistoides y se muestra también eso en su ataque de ideología de género, en las características muy contrarias a reivindicaciones de la diversidad sexual de todo tipo. Creo que es correcto un señalamiento que hace Pablo Stefanoni en su libro sobre el tema de análisis de estas fuerzas derechistas cuando dice que es una reacción a la ‘ola verde’. Cuando lo leí me llamó la atención la afirmación, no lo había pensado, después tuve un debate con Pablo y me convenció. Viendo lo que pasa la realidad me di cuenta que es así, bien lo expresa Milei, es un corrimiento a la derecha bastante pronunciado.

—El movimiento libertario es señalado por algunos sectores de promocionar un discurso de odio. ¿Piensa que este discurso puede llegar a crecer en las próximas elecciones?

 —Quiero aclarar, lo del discurso del odio es una expresión que habría que debatirla un poco más, yo no estoy en contra del discurso de odio. Por ejemplo, un trabajador que se enfrenta al empresario que lo explota puede abrir un curso de odio. Colocar en el mismo plano el odio de la explotación que el odio, por ejemplo, a la diversidad sexual, todo es odio, pero son cosas distintas. Uno puede ser progresivo y el otro puede ser un odio reaccionario, no todo odio es negativo, por ejemplo, yo odio la explotación y la opresión nacional y ese odio ha dado lugar a movimientos nacionalistas muy pujantes en el mundo lo que considero progresivo. Es decir que el discurso del odio tomado abstractamente puede meter la misma bolsa problemas que son opuestos, incluso se pone el mismo rótulo al frasco y dentro el contenido distinto, entonces ojo con el discurso del odio porque si quieres Ortodoxo, dejemos toda opción como marxista estoy a favor del odio de clase. El odio del trabajador contra la opresión capitalista es un odio es progresivo y yo no quiero aparecer con un discurso de conciliación de clases, no. Promuevo la lucha de clases que es el medio por el cual el trabajador se va a participar de la explotación. Hoy la palabra discurso de odio o la expresión discurso de odio tiene una connotación más concreta. En este punto Milei  sorprendentemente resiste, a pesar de esas barbaridades increíbles que dice, yo creo que también es una reacción al fracaso del kirchnerismo. El gobierno tiene ese discurso de estado presente y después hay un país en decadencia con una inflación del 100%, un trabajo precarizado generalizado, y un empobrecimiento de 50% de los pibes. Para el estado presente que fracaso viene uno y explota ese fracaso con una política reaccionaria y bueno le va relativamente bien. Ahora para la izquierda el desafío es no dejar el discurso antisistema en una derecha reaccionaria y la izquierda que no quede asimilada una especie de estatismo capitalista que se han mostrado para el pueblo argentinos como fracaso.

—¿Cuál es la autocrítica que se hace desde la izquierda para que un gran sector de los jóvenes que antes simpatizaban con el progresismo ahora se vuelquen hacia la derecha más reaccionaria?

—No está comprobado desde el punto de vista empírico que el crecimiento de la derecha haya sido a expensas de la izquierda. En la Ciudad de Buenos Aires, que es solo donde se presentó Milei, creció él y crecimos nosotros. Sacamos el 8,5% y fue la elección más alta nuestra desde que nos fundamos como Frente de Izquierda en el año 2011, así que no creció a expensas nuestras. Ahora, existe en economía el costo de oportunidad, es decir, aquello que vos podías ganar y dejaste de ganar, en ese punto te puedo admitir que podríamos haber crecido más de lo que hicimos. Mi autocrítica es que la izquierda tiene que ser muy clara en desarrollar una alternativa de poder independiente del kirchnerismo y en fortalecerse en los movimientos populares, no solamente como fenómeno electoral.

—Agradecemos su participación en la Escuela de Comunicación de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.

— Argentina va a enfrentar en los próximos meses seguramente momentos muy importantes, la gran crisis, y la izquierda va a cumplir una función. Hoy se está viendo un ataque brutal de lo que no queremos del periodismo, uno ve tres tapas de Clarín con lenguaje loperreguista como “la ultra izquierda”, parecen tapas del año 75, 76. Claramente se ve como la fuerza del sistema utiliza todos los medios a disposición, incluido los sectores de los medios de comunicación, para atacar a los trabajadores, y nosotros con menos recursos peleamos para que la clase obrera no pague esta crisis y pueda dar un paso adelante. Son momentos importantes para el país y aspiramos a jugar un papel de protagonismo político en los parlamentos, en la calle y en el debate político nacional.


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