Cuando faltan casi un año y medio para las elecciones nacionales, los gobernadores ya empiezan a calcular cuáles son las mejores estrategias para garantizar su proyecto político. La mayoría se inclina por separar las elecciones a gobernador de las presidenciales, un síntoma de incertidumbre y de ausencia de liderazgos nacionales que no pongan en riesgo los votos y poder propio en el pago chico.
En 2019, solo cuatro distritos (CABA, Provincia de Buenos Aires, Catamarca y La Rioja) de las 24 jurisdicciones coincidieron en la misma fecha con el llamado a las urnas para renovar el poder en la Casa Rosada. Con una gestión deteriorada por la alta inflación y la recesión, las provincias entonces aliadas de la gestión de Mauricio Macri buscaron desmarcarse de las boletas del líder del PRO. Hasta diseñaron alianzas con nombres y colores distintos a los de Cambiemos.
Alberto Fernández, también desgastado como su predecesor, afronta un escenario similar para el calendario electoral de 2023. Los gobernadores, opositores o alineados con el Frente de Todos, intentarán revalidar sus gestiones con la convocatoria a las urnas el 22 octubre del año próximo. El desdoblamiento es favorecido por restricciones institucionales y una compleja maraña de reglas electorales, como los impedimentos legales de celebrar simultáneamente las elecciones provinciales con las nacionales.
Curiosamente Tucumán, la provincia del jefe de Gabinete, Juan Manzur, anunció a través del gobernador Osvaldo Jaldo que votará en junio de 2023. Con el 3,69% del padrón, el principal distrito del Norte Grande definirá su destino antes de que se sepa quién será el nuevo Presidente de la Nación. En ese territorio, el peronismo se impuso con comodidad en los últimos veinte años.
Otros distritos norteños seguirán el mismo camino. En Salta, el gobernador Gustavo Sáenz impulsa el adelantamiento de los comicios y la eliminación de las PASO a nivel local. En 2021, al ex candidato a vicepresidente de Sergio Massa le sirvió sostener esta estrategia para conseguir una mayoría legislativa.
La novedad estará por el lado de Catamarca. No se repetirá la simultaneidad de 2019. El gobernador Raul Jalil evalúa adelantar las elecciones locales a marzo. “Es lo más conveniente tanto en términos provinciales como nacionales”, señalaron fuentes del gabinete provincial.
Según los cálculos del entorno de Jalil, buscar el interés local colabora con el objetivo de una eventual reelección de Alberto Fernández, ya que significaría una suerte de efecto clamor de apoyo al oficialismo. Pesa más ganar un distrito que sumar los pocos votos individuales que tiene el distrito. “Demográficamente no sumamos, pero simbólicamente sí. Es una movida conocida, Néstor Kirchner la hizo alguna vez”, graficaron.
En La Rioja, el gobernador Ricardo Quintela no dio definiciones públicas. Sin embargo, una importante figura del gabinete riojano dijo que “lo más probable” es que los comicios provinciales sean en simultáneo en el mes de octubre, en señal de apoyo al candidato del Frente de Todos. “Por eso y porque no queremos desdoblar calendario”, indicó la misma fuente. En el año 2019, el distrito había organizado las elecciones a gobernador el 12 de mayo.
En Formosa, el gobernador Gildo Insfrán no se pronunció sobre el adelantamiento electoral, aunque está dentro de las posibilidades adelantar. Está en condiciones de lograr obtener su octavo mandato consecutivo. En Chaco, Jorge Capitanich está obligado a desdoblar por imposición de la Carta magna local, que establece que las elecciones provinciales y municipales sean separadas de las presidenciales. Ambicioso, el ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner puede presentarse a la reelección, pero siempre tuvo aspiraciones de competir por la Casa Rosada. Mueve sus fichas con otros mandatarios y funcionarios de las distintas alas del oficialismo.
Por su lado, Santiago del Estero no está impedido para celebrar la simultaneidad, pero tiene un calendario electoral disociado de las disputas del centro metropolitano: el gobernador Gerardo Zamora renovó su mandato en 2021 por cuatro años. Mientras que en Jujuy, el radical Gerardo Morales no tiene definida su estrategia. Probablemente influya una eventual modificación del calendario electoral, si el mandatario radical decide postularse como presidente o bien, resuelve avanzar con una reforma constitucional que lo habilite a un próximo período. Con el esquema legal vigente no puede volver a competir por la gobernación.
El caudal electoral del centro del país
La estratégica provincia de Buenos Aires probablemente se mantenga dentro del cronograma nacional. Es el distrito que mayor volumen de votos puede aportar para el peronismo a nivel nacional. Desdoblar implicaría una erosión para la reelección de Alberto Fernández. En el a priori electoral, dirigentes opositores de Juntos por el Cambio calculan que el desdoblamiento sería más beneficioso para sus fines políticos. Con la tensión interna cristalizada, y una hipótesis de ruptura que no puede ser descartada, Axel Kicillof tomó distancia de esa idea.
En la Ciudad de Buenos Aires también aparece como probable un esquema de simultaneidad. El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, acompañó en 2019 a Mauricio Macri en hacer converger y arrastrar los votos de las elecciones locales a las nacionales. Con mayoría propia en la Legislatura porteña, y con un voto propio consolidado, el dirigente porteño tiene margen para definir cursos de acción en el principal distrito del PRO.
El gobernador Juan Schiaretti no dio señales públicas si habrá desdoblamiento en Córdoba. En su entorno indicaron a este medio que no es un tema conversado por el mandatario, quien tiene canceladas la opción por la reelección. Por eso, su fuerza política busca proponerlo como candidato presidenciable. Lo previsible es, al igual que otros partidos provinciales, el distrito desenganche las elecciones locales del derrotero nacional. En Santa Fe tiene turno definido: la convocatoria legal es en junio. Por mandato constitucional, no pueden ser simultáneas con las presidenciales.
Por su lado, en La Pampa, fuentes provinciales indicaron que la decisión de desenganchar “no está tomada”. En San Luis también están a la espera que de aclare el panorama local y nacional. Lo cierto es que el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá, una voz disonante en el concierto del oficialismo, nunca esconde su vocación de autonomía en relación a la Casa Rosada. Un escenario de adelantamiento es plausible. Ya el año pasado, en los comicios legislativos, le dio forma a un sello local separado del Frente de Todos.
En la región cuyana, el distrito que está confirmado es la provincia de Mendoza, que conduce el radical Rodolfo Suárez. Los comicios a gobernador están desdoblados por ley y se celebrarán en el mes de junio. En San Juan, el oficialista Sergio Uñac sigue enfocado en la gestión, sin abrir el juego a los cálculos electorales. Al gobernador le queda la chance de una reelección, su tercer y último mandato. En un escenario de desgaste de la figura de Alberto Fernández, el incentivo para el peronismo de San Juan estará también en desdoblar y privilegiar la renovación del mandato. El senador Rubén Uñac, el hermano del mandatario, consideró que “no es una locura adelantar las elecciones”.
En la Mesopotamia, el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, anticipó que “los gobernadores harán sus elecciones anticipadas para no quedar pegados a las presidenciales”, durante una actividad en Goya, en la 45° edición de la pesca del surubí. El año pasado, Valdés fue reelecto como mandatario como parte de la alianza de Juntos por el Cambio con el 76% de los votos.
En Misiones se baraja un adelantamiento del cronograma electoral para el mes de marzo. El gobernador Oscar Herrera Ahuad forma parte del Frente Renovador de la Concordia, una coalición provincial de diálogo con los oficialismos de turno. Mientras que en Entre Ríos, el presidente de la Cámara baja, Ángel Giano, ya atizó la hipótesis de que haya una separación de las elecciones provinciales. “De haber reforma se hará este año, y si no hay reforma, el gobernador decidirá adelantar las elecciones o ir con el gobierno nacional”, sintetizó el hombre del gobernador oficialista, Gustavo Bordet. El mandatario es uno de los que enarbolan la cohesión del Frente de Todos a nivel local, y buscan aislarse de la disputa nacional”. “No tenemos divisiones ni chicanas políticas”, graficó.
Desdoblamientos en la Patagonia
En el sur del país prima la opción por separar las elecciones. Es un rasgo que caracteriza la tradición institucional de estos distritos, donde los gobernadores tienden a representar a partidos políticos locales.
En Río Negro, Arabela Carreras podría convocar a las elecciones para el mes de abril. Hace cuatro años ese esquema se había repetido. De buen diálogo con Alberto Fernández, la gobernadora y su fuerza política, Juntos Somos Río Negro, no sacarían ninguna ventaja con empalmar las elecciones. En Neuquén, todas los comicios locales desde 2007 se desdoblaron. Ahí dirige el Movimiento Popular Neuquino (MPN) que hoy representa Omar Gutiérrez. Las fechas no están definidas, pero podrían convocarse en los meses entre abril y junio, indicaron desde el entorno del gobernador.
En Chubut, el gobernador Mariano Arcioni, aliado del dirigente del Frente Renovador, Sergio Massa, planteó que desenganchar las elecciones locales sería “legítimo”. Sin embargo, desde su entorno más cercano evitaron dar precisiones sobre adelantarlas. En Santa Cruz, uno de los baluartes del kirchnerismo, se descuenta que la estrategia tendrá el aval de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Por el momento, Alicia Kirchner no dio señales sobre posibles convocatorias, pero está en condiciones de competir por su tercer período consecutivo
En Tierra del Fuego, en cambio, el gobernador Gustavo Melella no podría ir a un esquema de simultaneidad ni aunque así lo quisiera. No basta el buen vínculo que tiene con el Presidente. Por mandato constitucional, los comicios locales tienen que convocarse entre 60 a 90 días antes que las elecciones presidenciales. La simultaneidad está prohibida taxativamente. Fue una redacción original que en incorporó en el texto de la Carta Magna el Movimiento Popular Fueguino (MPF), un partido de corte provincial que “no quería que el peronismo o el radicalismo arrastren votos con la boleta de presidente”.
En cualquier caso, los cálculos políticos de los jefes políticos provinciales se impondrán en una saga electoral que ni se acerca al panorama de 2015. En ese turno electoral, las boletas de 11 provincias con candidatos a gobernador confluyeron con las de Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri. Lo que quedaba de manifiesto es que, de esas 11 elecciones, 10 pertenecían al oficialismo peronista. Demuestra una capacidad de conducción del Presidente sobre los propios, un atributo que hoy está en entredicho.