El Gobierno, encabezado por el presidente Javier Milei, dio un paso clave para permitir el ingreso de capitales privados al fútbol argentino mediante la reglamentación que habilita a los clubes a convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
A través del decreto 730, publicado en el Boletín Oficial, se establece que las asociaciones, federaciones y confederaciones deportivas tienen un año para adaptar sus estatutos a las nuevas disposiciones que permiten a los clubes adoptar esta estructura jurídica sin sanciones por parte de la AFA.
La medida generó resistencia dentro de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), cuyo presidente, Claudio "Chiqui" Tapia, rechazó la reforma, advirtiendo que los clubes que acepten capitales privados podrían ser sancionados, incluso con la expulsión de competencias oficiales. A pesar de esto, el Gobierno sostiene que la apertura a las SAD es necesaria para mejorar la situación financiera de los clubes y atraer mayores inversiones.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, defendió la reforma, señalando que brinda a los socios mayor libertad para decidir cómo organizar sus clubes y subrayó que la medida busca generar mayor transparencia y calidad en el deporte. Además, enfatizó que ninguna federación puede prohibir o discriminar a un equipo por su forma societaria, ya que esto iría en contra de la ley.