Cansados de ver al senador capitalino Emiliano Durand y al gobernador Gustavo Sáenz, realizar eventos proselitistas disfrazados de emprendedurismo, y a través de esto capitalizar votos mediante la utilización de recursos del estado, los intendentes salteños le encontraron la vuelta de rosca.
Decididos a no quedarse sin mostrar generosidad con la plata del estado, los mandatarios de distintos municipios, decidieron hacerle pagar a los salteños sus fastuosos festivales locales y así equiparar la exposición mediática que creen que necesitan. Es así que durante los últimos meses vimos a distintos como se ofrecen grandes carteleras completamente gratis.
Lo llamativo de esto, es que estás fastuosas erogaciones, se dan en municipios donde las urgencias son otras, por ejemplo, en Joaquín V. González, donde los vecinos no cuentan con ambulancias, el hospital está a la deriva y distintos asentamientos conviven con las tumbas del cementerio, mientras Juan Domingo Aguirre se dio el gusto de gastar millones en el festival.
Ni hablar del Festival Virgen de la Peña llevado adelante en Tartagal el pasado 15 de mayo, donde también se contó con los recursos de la comuna administrada por Mario Rene Mimessi, quien, además, está en el ojo de la tormenta, tras realizar propagadas en cuanto festival se montó en los últimos meses.
Le sigue el “FestiOrán”, quien en los últimos días anunció por medio de su intendente Pablo González que será por primera vez en su historia completamente gratuito, es decir, que se utilizara dinero de las arcas públicas para buscar capitalizar votos haciendo proselitismo y no invirtiendo en obras para el bien de la comuna.
Y finalmente, ahora se anunció el “FestiGüemes”, donde el intendente Sergio Salvatierra, acorralado por los desmanejos en el municipio que conduce, salió a gastar plata de los güemenses, en un festival que tiene como objetivo lavarle la cara a su floja administración.
Resumiendo, nuestros mandatarios salteños en vez de buscar ser reelegidos por su trabajo al frente de sus municipios, buscan sacar ventajas con su electorado, gastando plata de posibles obras, en circo.
