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ELECCIONES 2023

Massa y Milei buscarán forzar errores en el debate a la caza de los votos de los indecisos y en blanco

Las encuestas muestran paridad entre los dos candidatos presidenciales.

Massa y Milei buscarán forzar errores en el debate a la caza de los votos de los indecisos y en blanco

Mañana, Javier Milei y Sergio Massa mirarán las cámaras. Sabrán que su destino depende de explotar al máximo esas dos horas de debate. Se enfrentarán, cara a cara, midiéndose para no cometer errores y forzar al otro a equivocarse y perder el control.

Las campañas modernas y, en particular los debates, no son momento para desarrollar ideas ni programas de gobierno. Son espacios para trasmitir emociones. Gana el que muestra liderazgo, el que genera más esperanza, pero también pierde el que infunde más temor, el que titubea o el que no sabe imponerse a su adversario. Lo sufrió el miércoles Agustín Rossi, cuando Victoria Villaroel lo interrumpió mil veces y, sin exponer ninguna idea, se mostró mucho más segura y dominó la discusión.

Por ese carril transitará el debate. Massa aprovechará su experiencia de gobierno, tanto como intendente, diputado y ministro de Economía; su manejo muy profesional de su carácter y del discurso y su conocimiento del Estado y muchos de los anuncios que hizo para beneficiar a distintos sectores.

Milei, economista, hará hincapié en la pobreza, la alta inflación, la inseguridad y sus dotes de histrionismo y comunicación. Todo como parte de un debate flexible, que permitirá más cruces y le dará a los dos candidatos la posibilidad de moverse frente a las cámaras. Por eso, ambos suspendieron sus actos para concentrarse, entrenar y focalizar las mejores estrategias.

En un escenario de paridad de encuestas, el debate podría ser decisivo para inclinar la balanza. “A esta altura, buena parte de los electores ya sabe a quién va a votar. Ahora, los responsables de la estrategia de las campañas empiezan a rascar el fondo de la olla”, dice un analista.

Quienes están en el fondo de la olla, el universo disponible de votos, son los electores que siguen indecisos y los que siguen diciendo que votarán en blanco. Un universo que llega, apenas, al 10%.

Ahí se entremezclan los que detestan las dos opciones disponibles; los desencantados y los que primero votaron por Juan Schiaretti o tal vez por Horacio Rodríguez Larreta, después por Patricia Bullrich y ahora tienen que buscar una tercera preferencia o, quizás, directamente no vayan a votar.


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