Sin lugar a preguntas, Javier Milei habló ante un auditorio de creyentes, de conversos y de escépticos. Fueron los más de 150 dueños de empresas, que lo recibieron durante una hora y cuarto y lo escucharon hablar sobre sus planes de convertir a la Argentina en Irlanda.
“El futuro será con mucha baja de impuestos”, les prometió a los principales hombres de negocios del país.
El discurso duró una hora y cuarto y se hizo en el salón Bustillo, un poco más reservado que el salón Llao Llao, donde se reunieron los empresarios la mayor parte del tiempo. No hubo preguntas. “No creo en una economía dirigista”, les dijo a los empresarios, algunos de ellos quizás acostumbrados a actuar en un entorno de negocios con más regulaciones o más intervencionista.
El modelo irlandés incluye reducción de impuestos, un gran peso de la exportación de servicios y de empresas multinacionales y un PBI creciente (en 2015 saltó más de un 20%).