Como si fuera una saga hollywoodense, el escándalo del Concejo Deliberante de Orán, suma una nueva y nefasta entrega, que involucra otra vez a Carlos “el Tucán” Manzur, uno de los personajes de la rancia casta salteña, con sello radical.
Esta vez fue Maira Benítez, ex empleada del cuerpo deliberativo, quien denunció al dirigente radical por obligarla a renunciar como parte de una estrategia política; estrategia que según relató: “era por una semana”.
Lamentablemente, hoy la situación se convirtió en permanente: “En la reunión que él hizo fue muy claro, era una estrategia y aparte iba a durar solamente una semana. Finalmente duró más de lo que se dijo digamos y aparentemente también va a ser permanente por lo que seguramente ya nos quedaremos sin trabajo”, indicó la damnificada.
Así “El Tucán”, al quedar expuesto en sus desmanejos legislativos, recurrió a las viejas mañas de política para intentar mitigar el costo. Mañas que rozan en algunos casos el apriete y la manipulación. En este caso puntal “la estrategia” le terminó costando el trabajo a unas 16 personas, entre ellas Benítez, quien relató que en la reunión se encontraban ya redactadas las renuncias de los empleados y se insistió para que las firmen.
La ahora ex empleada sostuvo que en medio del monólogo payasesco del eterno dirigente, donde explicaba los alcances de la “estrategia”, ella tomó la palabra para exponer su difícil situación económica a raíz del fallecimiento de su suegro, y que aun así el Secretario Legislativo en modo “Patrón de Estancia”, insistió con que firmen sus renuncias. Así, y según los relatos de la propia perjudicada, Carlos Manzur se mostró como lo que es: un político en retirada, con mañas arcaicas que solo busca mantenerse aferrado a la política sin importarle absolutamente nada ni nadie. Ni siquiera los propios. Como dicen en el barrio, esa clase de dirigente que “la quiere toda”.
El escándalo no termina aquí
Con el correr de los días y tras conocerse los verdaderos motivos de las masivas renuncias en el Concejo Deliberante de Orán, que involucró a Manzur, Pato y sus patitos, también quedó expuesta la supuesta pyme familiar que mueven desde la UCR y el Pro, relatan fuentes locales. Y aseguran que hubo empleadas que fueron obligadas a renunciar y otros que, por tener apellido, quedaron afuera de la “estrategia”, protegidos e intactos. Unos si, otros no. Los que se salvaron, según el relato de los afectados, son viejos conocidos y protegidos: "A los que no hicieron renunciar fue a la hija y el yerno de Alejandra Pato y al secretario de Manzur, su brazo derecho de apellido Maldonado", aseguraron desde el norte provincial a Agenda/Salta.
Según señala la misma fuente, todos los que participaron de la reunión en la que ya tenían redactadas dichas renuncias -y a quienes no se les permitió el derecho a elegir sobre su situación laboral- no fueron anoticiados que dicha “estrategia” no incluía a los apellidos de la casta: "los hijos, yernos y ayudantes de".
En pocas palabras los usaron, les mintieron y "los acostaron", tal cual se dice en la vieja política. Otra más del “Tucán” y sigue la cuenta.