El Gobierno aprovechó la fecha patria para, una vez más, “relanzar” la gestión. La apretada agenda oficial del 25 de mayo se cerró con un evento organizado por el Movimiento Evita, siempre cercano a Alberto Fernández.
Unas 1500 personas comieron 20 ollas de locro y 120 docenas de empanadas en el Club Nahuel de Florencio Varela, en el sur del conurbano. Fernández estuvo acompañado por el Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el Secretario General Julio Vitobello y los ministros nacionales Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis.
Completaron la mesa principal, al lado del escenario, Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, dirigentes del Evita, Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, el intendente local Andrés Watson, su jefe político Julio Pereyra y el jefe comunal vecino, Juan Jose Mussi. Todos los presentes, con excepción de Massa, podrían entrar en la categoría “albertistas”.
“Este acto fue un acto de la comunidad, no del albertismo ni nada de eso”, aseguró el Chino Navarro. “Los que vinieron fueron los que pudieron venir, no los más vinculados a Alberto Fernández”, siguió. El presidente confirmó su participación en el locro luego de suspender su viaje a la Antardida por cuestiones climáticas.
El día en el que además se conmemora el décimo noveno aniversario de la asunción presidencial de Néstor Kirchner fue el elegido para cambiar el eslogan de gestión. La nueva frase institucional es “primero la gente”. Esa fue la imagen que se consiguió en el almuerzo de Varela. Fernández protagonizó, como dicen los especialistas de la comunicación oficial, “encuentros de cercanía”.
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De la negativa a cantar al tema de Litto Nebbia en el escenario
“¿Se sube a cantar un tema?”, mientras recorría el gimnasio para saludar y sacarse selfies con la militancia. “No”, respondió con énfasis el mandatario, quien ya había dejado de lado el traje que llevó por la mañana al Tedeum en la Catedral y lucía un sweater negro decordado con la escarapela.
Un rato después, evidentemente, a Alberto le ganó la tentación. Subió al escenario y acompañó al encargado de la música con voz y guitarra. Eligió el tema “Solo se trata de vivir”, de su amigo Litto Nebbia. Los presentes se entusiasmaron con el breve show del presidente y aplaudieron con fervor. Algunos, incluso, se animaron a pedir “otra”.
Abajo, Massa también recorría el lugar y posaba para las fotos de los teléfonos celulares. El líder del Frente Renovador se tomó una pausa para conversar, entre risas, con “Juanchi” Zabaleta. Más serios, Katopodis y Vitobello hacían lo propio. Todos disfrutaron de las distintas variantes de locro que sirvieron.
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“Había muchas ollas populares y cada uno tenía su toque”, explicó Emilio Pérsico, uno de los anfitriones. Antes de la comida el presidente pronunció un discurso que se extendió durante unos diez minutos. “Tenemos que estar más unidos que nunca, aunque el otro piense distinto”, dijo.
“Los primeros que tenemos esa obligación somos los que decimos formar parte del movimiento nacional y popular”, completó Fernández. Y habló de “respetarse en la diversidad”. En la misma línea ya se había expresado Massa, el otro orador de la jornada. “Sin mezquindad, sin soberbia y con unidad”, propuso el hombre de Tigre.
Pérsico, que es además Secretario de Economía Social, también buscó despejar fantasmas respecto a las ya conocidas internas en el Frente de Todos en diálogo con TN. “Hay que seguir convocando a la unidad. Llegamos hasta acá todos juntos y tenemos que salir de esto juntos”, sentenció.
