El Gobierno furió su primer traspié parlamentario con el freno de la Ley Ómnibus luego de que se frenara el debate en particular de la norma que había sido aprobada en general la semana pasada.
Esa situación disparó un sinnúmero de críticas desde el oficialismo para los diputados “dialoguistas”, muchos de los cuales fueron acusados de “traidores” e, incluso, mencionados en una lista difundida en la cuenta de la red social X de la Oficina del Presidente.
Uno de los grandes protagonistas de las maratónicas sesiones de los últimos días en la Cámara de Diputado fue Miguel Ángel Pichetto, uno de los “históricos” del Congreso. Y hoy, el rionegrino dejó otro mensaje claro respecto a lo que sucedió y a lo que puede venir de cara al futuro.
Según el jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, la ley no fue aprobada en particular por “una tontería” y por la falta de diálogo del Poder Ejecutivo con los gobernadores.
“Nosotros siempre intentamos ayudar, pero tampoco hubo una voluntad de profundizar un diálogo con los gobernadores. Ese fue un tema que el Gobierno tendría que haber intentado para alivianar y en el tratamiento en particular poder votar los artículos que faltaban. Nos trabamos en dos incisos, una tontería. Al Gobierno le convenía la ley”, afirmó Pichetto.
En diálogo con el periodista Jorge Lanata en Radio Mitre, el excandidato a vicepresidente en 2019 dijo que “hubiera sido muy valioso” que el Congreso hubiera aprobado el proyecto, al que calificó como “muy importante, pero no vital” para el Gobierno ya que “la parte fiscal ya estaba afuera”, en relación a los artículos que había sacado el ministro Luis Caputo para facilitar la aprobación de la norma.
Si bien Pichetto dijo que ahora, tras volver el proyecto a comisión, “hay que empezar de cero”, no descartó que el Presidente opte por dividir la iniciativa en distintas partes para que el Congreso las trate por separado.
Al intenta explicar el por qué del fracaso de la sesión del martes, Pichetto se lo adjudicó a la falta de convocatoria a los gobernadores. “Había que tratar de haber avanzado antes. habíamos hecho un cuarto intermedio el viernes para resolver las cuestiones que todavía estaban en duda para el tratamiento particular, pero no hubo esa convocatoria a los gobernadores, el Gobierno no quiso dar esa imagen”, afirmó.
De cara a lo que sigue, Pichetto pidió “salir de la agresión y de la coerción” y “tratar de hacer un acuerdo fiscal federal entre las provincias y la Nación y que eso se pueda trasladar al Congreso en una serie de leyes que al Gobierno le interese... Tratemos de reestablecer un vínculo de diálogo institucional y de tranquilidad para que la sociedad pueda entender que el Congreso no es un obstáculo”.
“Creo que la ley pudo haber salido y no era un hecho tan dramático como para retirarla. Pero no se puede nunca volver atrás, no se puede deshacer el pasado. Hay que ver cómo sigue la historia. El Presidente tiene que, a partir del 1 de marzo, enviar su agenda. Y hay que parar la agresión, porque eso no sirve para nada”, agregó Pichetto.
El diputado también advirtió sobre las consecuencias de convocar a un plebiscito, una de las alternativas que maneja el Gobierno para impulsar la ley: “Muchos gobiernos naufragaron en ese plebiscito o consulta popular”, advirtió, y recordó que, en Argentina, solo tuvo éxito el organizado por Raúl Alfonsín en 1984, para decidir si Argentina aceptaría el Tratado de Paz y Amistad con Chile respecto al Canal del Beagle, una zona de disputa limítrofe.
Pichetto también rechazó el ataque desde el oficialismo a los diputados “dialoguistas” que no votaron algunos de los artículos contenidos en la Ley Ómnibus. “No comparto ese concepto aplicado a la política. Quiero poner el ejemplo de Randazzo, de Massot, de Monzó, que tuvieron una posición colaborativa y votaron en contra dos incisos. Hay que procesar esto de otra manera. La estigmatización tampoco es buena. Estoy en la lista de los buenos, pero muchas veces estuvo en la de los malos…”, subrayó.