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MINERÍA

Por si o por no, Flavia ¿hacemos lobby?

Agitadas las aguas de los intereses mineros, la ex secretaria de Energía -y luego de Minería- de la Nación está en boca de todos. Incompatibilidades.

Por si o por no, Flavia ¿hacemos lobby?

Flavia Royón, la ingeniera industrial salteña que pasó de secretaria de Energía de Alberto Fernández a secretaria de Minería de Javier Milei (este último cargo con menos suerte), ha sido portada de varios medios en las últimas horas. Una virtual carnicería que nos lleva a recordar sus inicios profesionales en un afamado frigorífico salteño.

Y es que desde que Javier Milei la invitara a renunciar (en su momento algunos medios titularon: “Milei echó a Royón”), las actividades subterfúgias de la ex funcionaria no se detuvieron, como diría el dicho: cocodrilo que duerme es cartera.

La porteñísima revista Noticias, hizo hincapié en una situación anómala: la incompatibilidad de funciones, publicando que la ingeniera Flavia Royón tiene un pie en la función pública y otro en el sector privado: “Según los registros de la AFIP, desde que dejó la Secretaría de Minería, sus nuevos empleadores son el Gobierno de la Provincia de Salta y La Cámara de Senadores de esa misma provincia. Pero además sumó dos actividades en el sector privado que podrían colisionar con los intereses de los salteños, en abril de este año, creó la consultora Minenco, con la que asesora empresas mineras y también fue nombrada dentro del directorio de Zelandez, una empresa de tecnología para la extracción de litio en América Latina”, aseguran desde el bunker de Jorge Fontevecchia.

En la nota se hace referencia también a otros jugadores de la política y el sector público que, a partir del acceso a cierta influencia, finalizaron jugando directamente en el sector mineral nacional desde noveles empresas privadas. Tal es el caso de Emilio Monzó, Nicolás Massot y Rogelio Frigerio, quienes estaban detrás de la consultora Ronialem, o el propio Miguel Galuccio, que luego de presidir YPF fundó su propia petrolera y se convirtió en un actor relevante en Vaca Muerta. Desde Buenos Aires, los medios señalan a Royón repitiendo la misma jugarreta.

Los ambientalistas, por otro lado, siempre fueron muy críticos de las decisiones de Flavia Royón, esto queda expresado en el medio Noticias Argentinas, que en una publicación del 29 de noviembre pasado publican que “Royón integra el directorio de Zelandez, empresa de tecnología extractiva, lo que acentúa cuestionamientos sobre la transparencia y ética en sus decisiones. Organizaciones sociales y ambientales critican que las políticas promovidas ignoran los impactos ambientales y sociales en las regiones productoras, priorizando el crecimiento económico empresarial sobre las necesidades locales y los derechos de los pueblos originarios”.

La incompatibilidad de funciones también es señalada en el medio RealPolitik: “A través de Minenco, Royón facilita conexiones entre el gobierno y las grandes corporaciones, lo que levanta sospechas sobre los posibles conflictos de intereses derivados de sus actividades privadas y su rol en la gestión pública”.

Royón parece no haber perdido tiempo. A pesar de la eyección de la que fue víctima por parte de la gestión Milei (en donde pareciera no haber lugar para medias tintas ni aprovechadores), la ex funcionaria del tándem inflacionario conformado por Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, no demostró lo necesario para asegurar su permanencia en el actual gobierno nacional.

Lejos de sumar desde la gestión pública, hoy es señalada de utilizar la influencia obtenida desde la función pública para direccionar negocios personales. La novela recién inicia y promete continuar.


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