MÁS DE POLÍTICA



Zigzagueante

Sáenz, el kirchnerista menos pensado

El país crispado y la llegada de Sergio Massa al ejecutivo nacional apuraron la salida del clóset. Siempre tibio, por fin decidió.

Sáenz, el kirchnerista menos pensado

Durante los últimos días, el ministro de gobierno, Ricardo Villada, mantuvo un cruce tenso e infructífero con algunos usuarios de redes sociales. El asunto, un montaje que hace referencia a la kirchnerización del gobernador de Salta. Villada y su temperamento no hacen más que confirmar lo obvio, el rey está desnudo.

Sáenz, hombre cultor de las imprecisiones al momento de definirse políticamente, supo darse maña durante los últimos 10 años para ocultar ante el electorado local su ideología política. La excusa fue " yo gobierno para los salteños". Jamás se subió a la tercera posición de los peronistas federales. Más bien zigzagueó hábilmente de un lugar al otro en función de sus propias conveniencias.

De Isa a Massa, de Massa a Macri, de Macri a Alberto, y finalmente de Alberto nuevamente a Massa, el círculo cierra siempre en un solo lugar, el retorno no fue hacia su antiguo benefactor, Mauricio Macri, quién lo escuchó y le facilitó obras y recursos, sino hacia la vereda del frente, el Frente de Todos.

Hay una lógica en la desición del primer mandatario salteño: aunque no parezca, Sáenz encaja de forma natural en el movimiento liderado por Cristina Fernández de Kirchner.

El salteño es un hábil manipulador de la justicia, su equipo de co-gobernadores (el dúo Demitrópulos/Outes), juegan al límite, y a veces un poco más allá, de las posibilidades legales y jurídicas. Negativas a informar incumpliendo la ley de transparencia de la información, la multiplicación de trabajo precarizado desde el estado o hasta el ingreso de la hermana de un imputado en la Corte de Justicia de Salta. La cantidad de pruebas sobran y hasta son tediosas. La última, y quizás más contundente, es la eliminación de las PASO. En este contexto, está claro que el FdT es un espacio unilateral y verticalista que guarda un íntimo desprecio por la democracia y sus mecanismos, al igual que el hombre de las botas de tacos altos que gusta de imitar a Sandro.

El sello de lacre que forzó la toma de postura de Gustavo Sáenz fue la llegada de Sergio Massa al ejecutivo nacional. Amigos, lo que no se pudo dar en el 2015 puede ficcionarse en el 2022. Con el país inmerso en una crisis económica y social sin precedentes, el kirchnerismo presenta a Massa como el gran salvador de la patria, eso que Alberto no pudo ser. Sin embargo, los problemas de Argentina requieren consenso, y lo sucedido con la líder indiscutida del espacio y sus serios inconvenientes con la justicia, alejan toda posibilidad de que dicho diálogo se materialice. La grieta pasa por su momento más trágico y exacerbado.

Gustavo, fingiendo permanecer en el medio, buscó pasar inadvertido. Sin embargo el electorado salteño comenzó a percibirlo como lo que actualmente es: un oficialista tibio. Y es que la grieta lo menosprecia, tanto a izquierda como a derecha.

El panorama, así, se presenta complicado para el mandatario salteño. A Sáenz solo le queda el aparato, y este a su vez ya le busca un reemplazo. La mutación a Gildo Sáenz fue detectada tempranamente y Salta aspira a más. La propia dirigencia política entiende que es mejor mirar hacia el centro del país que a Formosa.

Argentina está comenzando a comprender que el poder bobo causa precariedad, pobreza, hambre y desnutrición, pérdida de trabajo, destrucción de los sistemas de salud y educación, etc... en síntesis, atraso. Gustavo Sáenz es hoy quizás la mejor versión de este tipo de poder. Esto que Javier Milei define como "La Casta".

Verticalista al punto de hacer pasar una ley, vital para la democracia -a libro cerrado- por el senado provincial o capaz de anunciar insistentemente obras que jamás se llevan a cabo, el hombre califica perfectamente para besar el anillo de Cristina Fernández de Kirchner y ser aceptado en la armada del NOA, último bastión oficialista.

Sáenz, muy Gildo, Solo estaba esperando que lo inviten al club. Massa lo hizo. Gustavo, en tanto, ya tenía comprado el traje.

La liga de los gobernadores del hambre está completa. Sáenz -en modo peón- ya juega al ritmo de la reina.

Vienen tiempos difíciles. Saenzcistas como kirchneristas tendrán que compartir plato, el sapo a tragar es grande y hay para todos y todas.

Vienen tiempos difíciles. Saenzcistas como kirchneristas tendrán que compartir plato, el sapo a tragar es grande y hay para todos y todas.


¿Te gustó la noticia? Compartíla!