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¿Se re pudrió?

Sin Cristina ni Máximo, Alberto Fernández anunció la creación de la mesa política del Frente de Todos

El Frente de Todos mantiene su coherencia. No en lo referido a un programa que nunca consiguió consensuar, ni tampoco intentó hacerlo, sino en cuando a la actitud de “niñes caprichoses

Sin Cristina ni Máximo, Alberto Fernández anunció la creación de la mesa política del Frente de Todos

La tan debatida mesa política que el cristinismo viene demandando desde hace al menos dos años finalmente se concretará. Pero no será la mesa política que exigía la tribu de Cristina Fernández de Kirchner, por lo que difícilmente sus figuras más destacadas participen. En efecto, el jueves pasado la portavoz Gabriela Cerruti anunció su creación, pero no de una mesa política compuesta por los socios de la coalición gobernante para discutir las políticas del gobierno, sino de una mesa política electoral, ya que el presidente considera que las decisiones de estado le competen sólo a él, aunque sólo haya sumado un puñado de votos propios en las elecciones de 2019 y 2021.

Por esta razón, Alberto Fernández no haría la convocaría como jefe de estado sino como presidente del PJ nacional, invitando también al resto de las fuerzas que integran el Frente de Todos a participar.

Los anuncios de Cerruti fueron confirmados este sábado por el presidente en su cuenta de Twitter: "Cómo presidente del PJ, el partido más importante de nuestra coalición de gobierno, he decidido convocar en los próximos días a la conformación de una mesa que diseñe las reglas electorales del frente y la estrategia a seguir con miras a las distintas elecciones de este año”.

Asimismo destacó que el llamado será mucho más amplio, intentando sumar a otros “sectores sociales, de la producción y del trabajo” que no forman parte de la coalición gobernante.

"Confío en que dicho ámbito de debate sirva para abrir la convocatoria a los sectores sociales, de la producción y del trabajo que acompañan a nuestra coalición de gobierno con los que compartimos un mismo proyecto de país”, explicitó.

La mesa política que venía exigiendo el cristinismo apuntaba a convertirse en el ámbito de definición de las políticas de gobierno. Alberto jamás la convocó, en la inteligencia de que lo que se pretendía era vaciar aún más su endeble autoridad, por lo que se limitó -tarde y a los premios- a hacer un llamado para la creación de un ámbito de negociación electoral, sin competencia en la definición de iniciativas de estado. Ni bien se conoció el anuncio, Máximo Kirchner se autoexcluyó, Cristina hizo saber que no participaría, y es improbable que lo haga Sergio Massa, ya que en definitiva serán dirigentes de segunda línea los que terminarán concurriendo.

En su anuncio, el presidente pareció no preocuparse por estas negativas. Más bien las celebró al aclarar que no serían las fuerzas políticas sino los jefes de estado con control territorial, en sus diferentes niveles, quienes deberán definir la estrategia electoral.

"Nuestros gobernadores y gobernadoras y nuestros intendentes e intendentas deberán definir el núcleo dirigencial que represente a la fuerza territorial del Frente de Todos”, enfatizó.

Finalmente, y para demostrar que la relación con Cristina está rota y que no tiene interés alguno en recomponerla, lanzó una estocada milimétrica: "Es mi intención que los referentes que confluimos con miradas diversas en el peronismo, junto a referentes del Frente Renovador y de otras fuerzas políticas que participan del espacio, establezcamos las reglas de competencia que sostengan la unidad que nos lleve a la victoria”.

Esto es, los únicos convocados explícitamente, según la publicación de Alberto Fernández, son el peronismo y el Frente Renovador. A Cristina y compañía los incluyó en el colectivo de “otras fuerzas políticas que participan del espacio”, y que incluyen a Unidad Ciudadana, Nuevo Encuentro y demás agrupaciones menores.

Como todo lo que hace Alberto, el anuncio de la creación de una mesa política llega tarde, mal y pésimamente comunicado. Si los que definirán la estrategia electoral son los gobernadores e intendentes, ¿para qué convocar a las fuerzas políticas que integran el Frente de Todos? ¿Qué acuerdos podrán alcanzarse en un ámbito compuesto por segundas líneas, donde las ausencias se destacarán sobre las presencias?

Difícilmente de este nuevo ámbito pueda salir algo más que algún reglamente interno para las PASO. Y, si se avanza en la unificación de candidaturas, probablemente las definiciones no sean del agrado del presidente. En síntesis, la mesa política electoral tiene serias posibilidades de convertirse en un nuevo motivo de tensión para una alianza y un gobierno que hace rato que han perdido el rumbo.


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