Son las ocho de la mañana del viernes 24 de marzo. A Carlos Véliz, 54 años, un vecino de Hurlingham con discapacidad mental, que sufre crisis de epilepsia y no comprende todo lo que sucede a su alrededor, lo suben a un micro y lo llevan al acto “en conmemoración de los desaparecidos” que se hará en la ex ESMA, en Núñez, convocado por la agrupación La Cámpora. A cambio, en la tarde de ese día la familia de Véliz recibirá en su domicilio una caja con fideos, arroz y aceite, entre otras mercaderías.
Sobre el cierre de la jornada, entre bombos y cánticos, los compañeros de excursión vuelven a Hurlingham en los micros que los habían transportado esa mañana. Nadie advierte que Carlos no está. Ninguno pregunta por su ausencia. A esa hora, alejado y perdido, Véliz camina sin rumbo fijo, como quien es arrastrado por una fuerza indescifrable. Llega la noche y duerme en la calle. A la mañana siguiente se despierta y retoma su desamparado recorrido hacia ninguna parte. Como en trance, avanza algunos kilómetros. Sin demasiadas fuerzas, vuelve a acostarse. Así, deambulando por Buenos Aires, pasa cinco días hasta que es encontrado por la Brigada de personas extraviadas en La Boca, a la 1.30 de la madrugada del miércoles 29. Tiene el pelo revuelto, la barba crecida y heridas superficiales. Las señales del desvarío están a la vista.
El final de la historia es, de alguna manera, “feliz”, pero no por eso deja de ser inquietante. La posibilidad de un desenlace trágico estuvo cerca.
“Cuando nos reencontramos con Carlos en el Hospital Argerich, donde lo llevaron para hacerle chequeos médicos, seguía desorientado y con golpes en el cuerpo”, cuenta Alejandra Véliz, su prima. ¿Se había peleado con alguien? "Los golpes fueron por un ataque de epilepsia que le provocó convulsiones... Cuando llegamos a casa seguía mirando todo como si no entendiera. Se quedó despierto un rato, acomodó su ropa y recién se acostó cerca de las seis de la mañana", detalla el familiar.
Como sus padres no podían mantenerlo, Carlos, a quien sus íntimos llaman Toto, se crió con una tía en el Barrio Roca, William Morris, partido de Hurlingham. Por sus dificultades cognitivas, no aprendió a leer ni a escribir y sólo asistió a algunos talleres. Hincha de Deportivo Morón, se entretiene mirando televisión: películas, noticieros, algún canal de deportes... A veces, también, si está en alguna fiesta, le gusta bailar cumbia.
Desde hace años vive en una casa de ladrillos sin revocar, en la calle Mustoni al 3.100. No usa teléfono celular. Lo acompañan su hermano Marcelo, que trabaja como empleado de limpieza en el Hospital Municipal de Hurlingham; su tío Beto, que se las rebusca con distintos “oficios”, y su prima Alejandra, que se gana la vida cuidando a una señora mayor.
“Carlos habla pero no razona al cien por ciento. Por eso no puede trabajar y se mantiene con su pensión por discapacidad”, cuenta su sobrina Camila González, de 26 años, que hasta 2022 jugó al fútbol en Argentinos Juniors y ahora está embarazada de siete meses de su primer hijo, Gianluca.
Según Camila, el puntero que llevó a Carlos a la marcha se llama Adrián Zárate "y a su vez trabaja para el concejal Damián Selci", de La Cámpora.
-¿Nadie vio salir a tu tío de su casa?
-No. Carlos se despierta temprano: 6.30, 7... Y se pone a tomar mate. Cuando lo pasaron a buscar a las 8, los que viven en la casa estaban durmiendo. Después confirmamos que Carlos había estado en Núñez porque nos llegó una foto en la que se lo ve en la marcha (con una bandera argentina).
-¿Cómo consiguieron esa imagen?
-Como Carlos no volvía, el tío Beto fue a ver a Adrián Zárate, el puntero. Y él le pasó la foto.
-¿Qué respondía Zárate cuando le preguntaban por Carlos?
-La tarde del viernes 24, cuando llevó la mercadería a la casa, Beto le preguntó si sabía algo de Carlos, que todavía no había llegado. Y él le respondió: "Ya debe estar por llegar. Se debe haber subido a otro micro". Ahí Beto se fue al club del barrio, Ateneo Roca, pero cuando volvió, a las 11 de la noche, Carlos seguía sin aparecer. Entonces fue a buscar otra vez a Zárate. Y él no sabía qué responder... Al día siguiente, el sábado, fueron a hacer la denuncia.
-¿Quiénes se encargaron de ese trámite?
-La denuncia la hicieron Marcelo, el hermano de Carlos, y Adrián Zárate. Primero fueron a la comisaría de William Morris pero les dijeron que debían presentarse en la seccional de Núñez, la zona donde Carlos se había perdido.
Para la familia, que en su angustia armó una cadena de oración, las horas previas a que encontraran a Véliz fueron desesperantes. Lo buscaron por todas partes y el resultado fue siempre el mismo: nada. El rastreo resultó muy difícil porque Carlos no había llevado el DNI ni su carnet de discapacidad ni su tarjeta Sube.
Una de las principales preocupaciones era que no tomara la medicación diaria, algo que hace siempre en el desayuno. Y, si sufría una convulsión, que no pudiera ser atendido (cada tanto se chequea en el Hospital Posadas). A través de su cuenta de Instagram, Camila, la sobrina, les pidió ayuda a Verónica Lozano y al periodista Mauro Szeta para que difundieran la búsqueda.
Al mismo tiempo, el Departamento de Búsqueda de Personas publicó un aviso que decía: “Buscamos a Carlos Alejandro Véliz. Edad: 54. Nacionalidad: Argentina. Fue visto por última vez el 24 de marzo de 2023 en CABA en la zona de Avenida del Libertador al 8200. Características: Tez trigueña, cabello corto negro, poca barba con bigote entrecano, contextura delgada, de 1,60 de estatura, posee hombro izquierdo descendido, cicatriz en su brazo derecho a la altura del codo, deformidad en mano derecha, pierna izquierda con mal formación, tatuaje en antebrazo derecho con el nombre de 'Mónica' (en referencia a un amor de juventud). Si tenés alguna información, comunicate con el 911, 134...”.
Primero desde el barrio de Belgrano y luego desde la localidad de Moreno, dos personas se comunicaron para informar que se habían cruzado con un hombre con esas características. Pero en ambos casos resultaron pistas falsas: dijeron que habían visto a un señor muy parecido fumando. Y no, a Carlos no le gusta el tabaco.
No era la primera vez que lo llevaban a una marcha. “Ya les habíamos dicho que, por su tema de salud, no queríamos que Carlos fuera a esos actos, pero igual se lo llevaron...”, se enoja Camila. "Esto se podría haber evitado".
Damián Selci, el concejal del Frente de Todos y referente de La Cámpora en Hurlingham, señalado por la familia como el líder de la columna que llegó al acto desde zona oeste, evitó referirse públicamente a la situación de Véliz. En su cuenta de Twitter publicó mensajes de otras características:
Viernes 24: “Caminamos porque otros caminaron, y para que muchos más caminen”. En la imagen aparece de remera y bermudas, en la marcha por el “día de la memoria, la verdad y la justicia” en la ex ESMA.
Sábado 25: “Celebramos el derecho de nuestros vecinos. En el ANSES de Tesei, acompañando a los nuevos jubilados. Felicitaciones a todos y todas”.
Domingo 26: “Con la última luz del día, seguimos en las calles de Morris. Ayer con integrantes del Club La Comarca, que cuentan con todo mi apoyo. Gracias a Walter y a Carlos Cueliche por la invitación y a todos y todas por acompañarnos”.
Lunes 27: “Presentes en Barrio Asunción”.
Martes 28: “Compartimos un grato encuentro con la colectividad paraguaya de Morris, donde charlamos sobre la actualidad de nuestra ciudad. Gracias a todos y todas por acompañarnos y a Roberto Recalde por la invitación”.
Miércoles 29: “Seguimos escuchando a la gente. Recibí en mi oficina a Fabián, trabajador de la salud, a Victoria y su hija patinadora, y a Macarena junto a integrantes del Merendero Sagrada Familia. Gracias por su tiempo".
Para ese momento, Carlos Véliz llevaba casi cien horas desaparecido.
Clarín quiso contactarse con Selci pero el concejal no respondió a los mensajes.
Facundo Pérez, encargado de la "comunicación" de Selci, habló con Clarín.
“Esto fue una operación política en contra de Damián Selci", aseguró Pérez. "Por lo que tengo entendido, Adrián Zárate es un puntero que siempre anda orbitando y trabaja para diferentes agrupaciones vinculadas con el peronismo, pero no para La Cámpora”.
-¿Y cómo llegó Véliz a la marcha en la Ex ESMA, que convoca La Cámpora?
-No sé. Con La Cámpora, no. La Cámpora no lleva gente para hacer bulto. El que va a una marcha de La Cámpora es porque está convencido de lo que hace. Carlos pudo haber llegado con otra agrupación. En la marcha había 25 cuadras de manifestantes con 40 organizaciones diferentes... Además de La Cámpora estaban Nuevo Encuentro, Kolina, Oktubre, el Peronismo Militante... Si te fijás bien, en la foto que aparece Carlos en Núñez se lo ve con una bandera que no es de La Cámpora. Es celeste, blanca y roja y parece que tiene una estrella federal... Y así no es nuestra bandera.
-¿Y por qué Selci no se expresó públicamente sobre el extravío de Véliz?
-Porque prefirió hablar directamente con la familia de Carlos. Y le dio su apoyo.
Selci, de 40 años, se sumó a La Cámpora en 2008. Es uno de los fundadores del Centro de Estudios Políticos (CEP). Luego, de 2012 a 2015, trabajó como jefe del Departamento de Enlace Parlamentario Federal en el Senado. De 2016 a 2017 asumió como director de cultura de Hurlingham. En 2019 fue elegido presidente del Concejo Deliberante. Su aliado principal es Martín Rodríguez, subdirector ejecutivo del PAMI.
En medio de la pandemia de coronavirus, en agosto de 2021, y con el impulso de Máximo Kirchner, Selci asumió de manera interina la intendencia de Hurlingham, en reemplazo de Juan Zabaleta, quien ocupó el ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Licenciado en Letras de la Universidad de Buenos Aires, Selci también es escritor y crítico literario. Entre los militantes está considerado un "intelectual". Desde 2007 edita la Revista Planta, “una plataforma de proyectos críticos con base en las artes visuales, la literatura, la teoría cultural y la economía política”.
En 2018 publicó el ensayo Teoría de la militancia, “una relectura contemporánea de la teoría de Laclau para pensar la militancia como eje de una nueva propuesta teórica para el campo popular”.
Dos años después, también editado por el sello Cuarenta Ríos, lanzó el ensayo La organización permanente, "una apuesta a retomar las grandes tareas de la política emancipatoria a partir de una radicalización de las conclusiones de la Teoría de la militancia".
En Hurlingham, como en otros distritos, el Frente de Todos está dividido y la interna se profundiza a medida que se acercan las elecciones. Selci y Zabaleta, que retomó la intendencia en octubre de 2022, se disputan el territorio. En enero pasado, Zabaleta, que siempre estuvo cerca del presidente Alberto Fernández, echó a cuatro secretarios municipales (Cultura, Medio Ambiente, Obras Públicas y Comercio) que habían sido nombrados por Selci durante su mandato, lo que provocó la renuncia de otros once funcionarios vinculados a La Cámpora.
"Nos tomó por sorpresa, y nos produjo una enorme decepción, la noticia de que el intendente Zabaleta, sin ninguna reunión o palabra de por medio, despidió a funcionarios del municipio de Hurlingham con el argumento, circulado por los medios, de que eran kirchneristas", resaltaron los funcionarios renunciantes en un comunicado.
En ese contexto, Selci suma recorridas junto a los vecinos. También aporta "militantes propios" a los actos de La Cámpora.
En las horas en las que Carlos Véliz estuvo desaparecido, desde la Municipalidad de Hurlingham hicieron circular la búsqueda en redes sociales. Para que los familiares pudieran moverse pusieron a disposición un patrullero. “El sábado a la noche hice un posteo en Instagram pidiendo ayuda. Y el domingo se acercó gente que responde tanto a Zabaleta como a Selci... El lunes a la tarde, además, Beto, el tío de Carlos, estuvo reunido con el intendente en el Municipio”, cuenta Camila.
Cuando Véliz ya estaba otra vez con su familia, la cuenta oficial de Twitter del municipio de Hurlingham publicó: "Anunciamos que apareció Carlos y está en buen estado de salud".
“Al final, si bien hubo mucha gente que nos ayudó a encontrar a Carlos, el mayor mérito fue de la Brigada de personas extraviadas”, aporta Alejandra, la prima que estuvo al tanto de los operativos de rastreo.
-¿Carlos está afiliado a algún partido político?
-No, y el resto de la familia tampoco.
-¿Y vota habitualmente?
-Sí, pero la realidad es que no entiende demasiado.
En la puerta del Hospital Argerich, a metros de una ambulancia y un patrullero, Carlos se abraza con su prima Alejandra, que llegó a buscarlo junto a su cuñada Dora. Están felices por reencontrarse después de cinco días traumáticos. Lloran. Más allá de los golpes que sufrió por las convulsiones, a Véliz se lo ve bien, con ganas de regresar rápido a casa. Salvo por un detalle: está descalzo, le faltan las zapatillas con las que marchó frente a la ESMA. "No nos supo decir si las perdió o si se las robaron", cierra Alejandra.
Fuente: Clarín