Aguas Blancas vive días de tensión en el puerto de chalanas debido al colapso generado por los nuevos controles en la frontera, implementados como parte del Plan Güemes. Adrián Zigarán, interventor en la localidad, ofreció declaraciones que describen la compleja situación, destacando la necesidad de flexibilizar las medidas para evitar mayores conflictos.
Zigarán explicó que, históricamente, el movimiento en esta zona fronteriza era fluido, con años de "demasiada libertad" para cruzar entre Argentina y Bolivia. Sin embargo, la implementación del plan ha generado aglomeraciones en las instalaciones de Migraciones y Aduana, que son limitadas. “Desde las siete de la mañana, la gente hace cola y todavía no cruza al otro lado. Estamos hablando de miles de personas varadas bajo el sol, en un terreno pedregoso, lo que puede generar situaciones de riesgo”, expresó.
Uno de los principales problemas radica en la coordinación con los controles bolivianos. Según Zigarán, mientras Argentina dispone de hasta cinco oficiales en Migraciones, Bolivia tiene solo uno. Esto retrasa significativamente el flujo de personas y mercancías, exacerbando la congestión.