Muchas son las dudas que circulan en cuanto a los calambres y que llegan a nuestro canal Preguntas a Buena Vida. ¿Cuáles son sus causas? ¿Cómo evitarlos? ¿Qué pueden llegar a significar? ¿En qué casos deberíamos consultar?
Ramiro Heredia, médico clínico, explicó y despejó las principales dudas y aclaró qué debemos saber en cuanto a los calambres.
Elongar los músculos es una buena forma de prevenir calambres.
¿Qué son los calambres y quiénes los padecen?
“Los calambres son contracciones involuntarias, generalmente dolorosas, de un músculo, o un grupo de músculos. En quiénes los padecen, genera disconfort y malestar, y por eso es un motivo de consulta médica muy frecuente”, afirma el profesional.
En cuanto a su prevalencia, Heredia afirma que es más común luego de los 60 años: “Un estudio británico, en personas de 65 años o más, informó que el 50 % de esta población presentaba con frecuencia calambres. Otro estudio, en una población similar, informó que el 56 % de los encuestados presentó calambres al menos una vez por semana”.
Mientras que alrededor del 40% de las personas de 50 o más años relatan tener o haber tenido en algún momento calambres nocturnos, y hasta el 7% de los niños, niñas y adolescentes, con un pico entre los 16 y 18 años.
Es común que haya calambres en el tercer trimestre de embarazo
¿En qué situaciones debemos preocuparnos?
Si bien pueden generar preocupación en quienes los padecen, Heredia asegura que en la mayoría de los casos no se identifica una causa en particular, por lo que son idiopáticos. En esos casos suelen afectar a las piernas y los pies, principalmente durante la noche.
El médico admite que recibe muchas consultas al respecto, pero que en la mayoría de la oportunidades su origen es desconocido y “tienen un curso benigno que mejora con el tiempo”.
Sin embargo, advierte que en algunas situaciones “pueden ser secundarios a distintas condiciones médicas, o ser parte de distintos desórdenes”.
“Por ejemplo, el síndrome de piernas inquietas, los movimientos periódicos de miembros durante el sueño o mioclonías nocturnas, las mioclonías del inicio del sueño (o sacudidas), distonías, enfermedades de los nervios periféricos u otros trastornos neurológicos, que van desde enfermedades banales, hasta el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la esclerosis múltiple”, enumera.
¿Por qué puede ser que se presenten más seguido? “Cuando el sistema motor se estresa o sobrecarga, ya sea por una enfermedad neuromuscular, por estrés fisiológico, como es la deshidratación o el ejercicio excesivo, los calambres aparecen en forma reiterada”, explica.
En cuanto a porqué son tan dolorosos, indica que son causados por descargas anormales a nivel de los nervios, o de las terminales nerviosas.
Calambres: factores de riesgo
Distintas enfermedades, trastornos o condiciones pueden generar o estar asociados a calambres, explica Heredia:
- “En atletas, como los maratonistas, los calambres son muy frecuentes, y muchas veces la causa es pérdida de agua y sales, cómo magnesio, sodio y potasio, por medio de la sudoración, principalmente en contexto de elevada temperatura ambiente. En esos casos se los denomina calambres por calor”, detalla.
- Las mujeres embarazadas, también presentan más chances de padecerlos, sobre todo durante el tercer trimestre de gestación, principalmente por déficit de magnesio.
- Enfermedades neurológicas, como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), y las neuropatías periféricas, pueden presentar calambres en su evolución.
- Debido a distintas condiciones médicas, como el déficit de magnesio (hipomagnesemia), de calcio (hipocalcemia), de potasio (hipokalemia) y el hipotiroidismo, la diabetes, el alcoholismo, y la disfunción hepática y renal.
- Fármacos, “cómo diuréticos, y ciertas medicaciones para el asma, para la hipertensión arterial, como el enalapril, ciertos bloqueantes beta, las benzodiacepinas, los anticonceptivos orales”, señala.
- Alteraciones en la postura o estructurales, cómo el pie plano, la hiperextensión de la rodilla (o genu recurvatum), el estar sentado un tiempo prolongado, o en una posición inapropiada.
Los especialistas recomiendan hacer ejercicio teniendo en cuenta nuestro estado.
¿Cómo se previenen y cómo se tratan los calambres?
“En caso de los calambres secundarios a alguna otra condición, el tratamiento de esta última es la mejor medida para prevenir y atenuar los síntomas de los primeros”, asegura.
Algunas medidas recomendadas para prevenir los calambres de manera general son:
- Mantener una adecuada hidratación, principalmente antes, durante y después del ejercicio (son útiles para esto, además del agua, las bebidas deportivas, que favorecen una adecuada reposición hidrosalina).
- Realizar una actividad física acorde a nuestro estado.
- En caso de hacer actividad física, incluir ejercicios de elongación.
- Consumir alimentos ricos en minerales, como todo tipo de verduras, hortalizas, frutos secos y legumbres.
- Evitar el consumo de alcohol y cafeína.
- Revisar nuestra postura, principalmente mientras estamos sentados, varias veces en el día.
- Realizar diariamente ejercicios de estiramiento.
- Usar prendas y calzados adecuados.
La deshidratación puede generar calambres por pérdida de agua y sales.
Una vez que aparecen los calambres, estas medidas pueden ayudar a aliviarlos:
Elongación forzada del miembro en cuestión (también es útil la elongación pasiva de este, con la ayuda de alguien muchas veces). La elongación del miembro afectado reduce la duración y la severidad del calambre, además de generar confort.
- Caminar, elevar y/ o sacudir la parte del cuerpo acalambrada.
- Tomar una ducha caliente, aplicar calor en la región, o hacer un baño de inmersión (durante 5 o más minutos).
- Masajes fríos o "ice massages".
- Reponer agua y sales si es necesario.
También existen fármacos que siempre deben ser recetados por un médico.