La situación lleva años, el agua en San Carlos está contaminada con Boro y Arsénico, según informes del INTI (instituto Nacional de Tecnología Industrial), el agua allí no potable, al menos el agua de red. La Solución es un nuevo pozo, algo que nunca llega.
Durante los primeros días de este mes la intendencia del municipio (San Carlos, Valles Calchaquíes, provincia de Salta) declaró el estado de emergencia hídrica por el plazo de un año. De acuerdo a la ordenanza ad referendum 1/22, firmada por el jefe intendente Héctor Raúl Vargas.
En ese sentido, Sergio Álvarez, vecino de San Carlos, y una de las personas que lucha desde hace años por el acceso de más de 3.000 personas al agua, afirmó que esto lleva más de 10 años desde que se dieron cuenta de que el agua tenía arsénico. "Hay un camión cisterna puesto por una familia que da agua en una plaza. Pero hay mucha gente que no puede ir a buscar el agua con los bidones todos los días a la plaza”, cuenta, y remata: “Esto es una cosa sensible, es el agua potable".
La situación se vuelve indignante cuando Álvarez nos explica que en San Carlos hay recursos, están los Acuíferos Andinos: "Ya están todos los estudios hechos, todo el grupo de la asamblea consiguió los fondos de la provincia para hacer el estudio en el INTI y le entregaron todo listo con varias alternativas para traer el agua aquí", asegura el vecino.
Además, Sergio Álvarez señala que no pasó la promocionada mesa de agua por allí, y si la misma fue, no se enteraron: "Viene el ente regulador, se reúnen, llaman a los senadores, diputados… ellos van y se sacan fotos, pero no resuelven nada. Es sacarse fotos para hacer creer que hacen algo", asevera, y la historia es tan repetida que no llama la atención. Los funcionarios provinciales se transformaron en proyectos de influencers, trabajan solo en la búsqueda de mostrar que hacen algo mediante sus propias redes sociales, a este precio lo paga la gente.
Además, según comenta el propio vecino, se hizo una demanda a la empresa. "Hay distintos vecinos de la asamblea que hace muchos años se le hizo una demanda a la empresa y en esa demanda tuvieron que reconocer que el agua no es potable. Entonces la primera resolución judicial fue que la empresa inmediatamente tenía que resolver el problema, la empresa hizo un dictamen diciendo que ellos lo hacen pero que la provincia ponga los fondos, nunca lo pusieron, pasó 2 años y la justicia le intimó nuevamente a la empresa y con un acuerdo entre ellos fue dejar de cobrar la factura", dijo.
Pero la lucha no se abandona. Los días de calor hasta son los propios turistas quienes se acercan al camión cisterna para aprovisionarse de agua. Esos días entre turistas y lugareños, el agua se acaba más rápido, y el que no consiguió, perdió. La gente deja sus salarios en botellones de agua potabilizada, agua privada. A los funcionarios, esto, no les importa, ellos tienen con que pagarla, pero la gente no. Así, Álvarez asegura que no van a descansar ni dejar de luchar para tener algún día el líquido elemento. Es muy inverosímil que en pleno siglo XXI esto sea la realidad en una provincia tan rica como lo es Salta. Definitivamente el dinero se está yendo a algún lado, no a la gente, pero si a algún lado. Misterio. Sin embargo, Sergio no se rinde. El y los vecinos sancarleños no piensan bajar los brazos, algún día llegará alguien que piense en ellos y los escuche, de verdad: "No perdemos la esperanza de tener agua potable", confiesa. La esperanza es lo último que se pierde.