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Cómo afecta la inflación a la vida y la salud de nuestras mascotas

Los precios del balanceado se dispararon, y mucha gente elige productos de menor calidad u otra comida. El problema es mayor con algunos tipos de animales.

Cómo afecta la inflación a la vida y la salud de nuestras mascotas

Los aumentos impactaron en todas las áreas de la vida cotidiana: desde alquileres, a transporte medicina prepaga, electricidad, comida. Y, también, alcanzan a las mascotas. Los dueños registraron un gran aumento en los alimentos, que llevó a que varios dejen de comprar el balanceado, resignen algunos gastos personales o comiencen a darles cortes económicos de carnes.

 

“Hacemos lo que podemos. Ahora estamos mezclando un poco de alimento balanceado con menudo, polenta o carcasa. De hecho, hay días donde le damos balanceado y otro día le damos arroz. Vamos alternando, depende de cómo esté nuestro presupuesto, porque todos los meses comprarle bolsones de alimento no nos alcanza”, contó a Clarín Enrique Jiménez.

Él y su hija tienen un amor incalculable por los animales. Hace algunos años comenzaron a adoptar perros y gatos que veían en la estación de su barrio, en refugios o en la calle. En total son cinco perros y dos gatos: uno de los felinos tiene problemas urinarios y debe comer un alimento específico. “Hasta hace poco esa bolsa de alimento especial pasó de estar 1.010 pesos el kilo a 2.500, aumentó un montón”, remarcó y agregó: “Ahora solo compramos la mitad de la bolsa de alimento balanceado, el total es imposible”.

La misma situación es la que tiene que afrontar Verónica Videla con su perro, Cubi, que también se alimenta de un alimento prescripto. “El alimento es carísimo, pero por su salud trabajo el doble para que no le falte, porque gracias a eso vive y puede estar bien. Lo amamos con toda el alma. Yo compro cada dos días un kilo, porque la bolsa grande está muy cara. El mes pasado estaba pagando 1.400 pesos y ahora 3.200”, explicó.

Algunos ya resignaron el alimento industrializado y optan por modificar por completo la alimentación. “Yo a los míos decidí dejar de comprarles el balanceado. Lo voy a suplantar por el espinazo, ya lo consulté con el veterinario. Tengo dos rottweiler que comen mucho y se me hace muy pesado el tema del alimento al bolsillo”, sumó María Rodriguez.

María compraba dos bolsas de 20 kilos por mes, que en su momento le costaba 10.300 pesos. “El aumento se viene generando hace tres meses seguidos y es de 400 o 500 pesos por mes. Es muchísimo y mi sueldo ya no me alcanza”, remarcó.

Emmanuel Cardozo tiene cinco gatos, con indignación muestra a este diario los comprobantes que tiene en su celular. La misma bolsa de 15 kilos en marzo le salía 16.486 pesos y su última compra le costó 26.097. “Están aumentando un montón, a ojo un 10% por mes promedio. Antes le compraba uno que era mejor, pero ahora es incomprable, por la misma cantidad sale 40 mil”, manifestó.

En el caso de Daniela Cabral, su perra padece de gastritis nerviosa crónica. “Tiene que comer alimento hipoalergénico. Justamente, este mes pasó de 5.000 pesos a 7.000 y pico, al ser un alimento específico la bolsa es de 2 kilos, le dura como mucho 20 días. Yo mientras lo pueda seguir manteniendo, lo compro porque es un tema de salud también. Es terrible como los comerciantes ponen el precio que quieren”, detalló.

¿Cómo es la situación de los refugios? En El Campito Refugio relataron que el aumento drástico “realmente es un problema. Se hace imposible seguir el ritmo. El alimento en un refugio es un insumo vital. Si cambiás para cambiar la calidad, aumentás el gasto en veterinarios porque empezás con problemas digestivos y subís el gasto de limpieza porque tenés más diarrea”.

“Lo que seguramente pase es que tengamos que hacer menos rescates o directamente parar de rescatar porque habiendo adopciones, hay menos perros y menos consumo. Es decir, ahorrar comprando marcas más baratas, que en general son de calidad inferior, no es una opción”, agregaron.

Cómo ven la situación los negocios 

Sonia Molinas Mañanes es dueña de “Animal´s”, una clínica veterinaria que también vende alimentos, y explicó cómo ve la situación. “Hay un alimento balanceado que, en lo que va del año, aumentó seis veces, un 25% aproximadamente. Para nosotros es engorroso estar cambiando a cada rato los precios en el sistema. Además, esto conlleva la agresividad de la gente que se enoja. Siempre nos dicen ‘La semana pasada compré esto, cómo puede ser que aumente tan rápido’”, relató.

Y resaltó la situación desesperante de una clienta: “Tengo una propietaria que prefiere comer arroz, pero no sacarle el alimento prescripto porque sabe que es de por vida. Imaginate un animal con enfermedad intestinal, que necesita solamente el balanceado intestinal. Hoy la bolsita de 2 kilos está 10.800 pesos, el mes pasado estaba 7.000”. Y agregó que las distribuidoras “nos apuran a comparar ya, porque nos advierten que la siguiente semana aumenta de nuevo”.

“Generalmente aumenta un 25% y cuando hay aumentos grandes las distribuidoras directamente no venden para no perder plata porque no saben si van a reponer esos productos”, indicó Paula Do Vale Silva, dueña de Forrajería Pruna. Sólo en los cuatro meses previos a la devaluación post PASO, algunas marcas ya habían aumentado un 50%.  

En cuanto a la actitud de los clientes manifestó que “dejan de comparar las primeras marcas y pasan a las más económicas. Nos preocupa mucho esta situación porque las ventas nos bajaron muchísimo”, se lamentó.

Fuente: Clarín


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