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SOLICITADA

Compañía Privada S.A.

ESTUDIO JURIDICO SANCHEZ OSADCIA - RIVETTI & ASOC.

Compañía Privada S.A.

PRESENTACION DE VERIFICACION DE CREDITOS DE
ACREEDORES EN EXPTE. N 781011/22 “CIA. PRIVADA
DESARROLLOS E INVERSIONES S. A. S/CONCURSO
PREVENTIVO” de tramite por ante el JUZGADO DE 1RA INST.
DE CONC. QUIEB. Y SOC. 2º NOMINACION-DISTRITO
CENTRO - SALTA, hasta el día 08/11/22.-
HORARIO DE ATENCION: LUNES - MIERCOLES - VIERNES DE
10.00 a 13.00 hs.- Balcarce N 583, 1er. Piso, Salta.- Turnos x
Whatsapp 3875830491.-

Casi 3 mil cheques rechazados y alrededor de 30 millones de dólares sin devolver son parte del saldo que dejó la empresa Compañía Privada Desarrollos e Inversiones S.A.

Allanamientos

A fines de mayo, la titular de la UDEC, Ana Inés Salinas Odorisio, ordenó tres allanamientos en los que se secuestró dinero en moneda nacional y extranjera; como así también, elementos que podrían ser útiles a la causa. Uno de los domicilios allanados fue la sede de la empresa Compañía Privada en calle Leguizamón al 700. Los otros dos operativos tuvieron lugar en Castellanos y Villa San Lorenzo.

La Fiscal solicitó también a la jueza de Garantías 8va Nominación Claudia Puerta, la aplicación de medidas sustitutivas para la titular de la empresa, la contadora María Mercedes Ibarra. Desde entonces, la presidenta de la compañía tiene la obligación de presentarse ante la UDEC cada 15 días a fin de constatar su domicilio actual. Además, tiene prohibido salir sin autorización del país; todo ello bajo apercibimiento de incurrir en desobediencia judicial.

Las órdenes de la fiscalía se asientan en una serie de denuncias por parte de acreedores que, de 2018 a la fecha, enfrentan negativas de la empresa para el retiro de sus inversiones. De manera repentina, la firma que se presentaba originalmente como solvente y seria dejó de pagar a sus clientes poniendo por delante una serie de excusas. Las opiniones plasmadas en Google por parte de clientes no dejan mucho lugar a dudas: «Dejás dinero en plazo fijo y cuando querés retirarlo no hay liquidez o te dan en cuotas en la cantidad y fecha que ellos quieren. Un desastre», escribió el usuario David Ovejero. Por su parte, Sol Fernández denunció: «Invertí mis ahorros ahí hace mas 5 de años y todavía no logré que me devuelvan un peso». Edgardo, en tanto, aportó: «Son un desastre, nadie da la cara. Cuando vas a invertir son todos simpáticos, cuando vas a cobrar se esconden como ratas».

Historia: De COFIN a Compañía Privada

Los inicios de Compañía Privada S.A. datan del año 2010, aunque sus raíces se encuentran en una financiera precedente y de similares características: COFIN S.A. Esta última fue fundada por el tucumano Jorge Alejandro Rigourd y el salteño Hugo Roberto Ibarra, contador, exrector de la UNSa y uno de los fundadores del exclusivo barrio El Tipal.

Rigourd enfrentó una causa judicial por estafas en su provincia natal, muy similar a la que hoy recae sobre Compañía Privada, y terminó por retirarse de la actividad. Ibarra, por su parte, pasó a cumplir funciones como asesor externo, dejando como apoderada de la firma a una de sus cinco hijos: María Mercedes Ibarra.

En 2010, la empresa cambió su denominación a Compañía Privada Desarrollos e Inversiones S.A. y sumó a su objeto el rubro Construcción. María Mercedes se hizo cargo de la administración de la firma junto a Federico Gianola Terán, quien ejerció como vicepresidente hasta su renuncia en 2020.

A pesar de que muchos de los proyectos encarados por la nueva administradora fueron considerados poco viables por expertos del rubro inmobiliario, la empresa se mantuvo en pie por varios años y cumplió con sus clientes. Fue en ese periodo que se construyeron barrios privados como La Montaña, Madero Vistas, La Eulogia y La Carlota. También varios edificios en el ejido municipal, de los cuales, se supo, muchos se encuentran aún sin declarar.

El calvario de los acreedores comenzaría en 2018 cuando la empresa entró en cesación de pagos. Las explicaciones brindadas por entonces apuntaban a que el mercado inmobiliario (real state) no era rentable y atravesaba un momento de crisis. Algo fácilmente rebatible echando una mirada al crecimiento que tuvieron otros emprendimientos del rubro. Los verdaderos motivos, sin embargo, poco y nada tendrían que ver con el comportamiento del mercado.  

De Compañía Privada a Deessa SRL

La interrupción de pagos es sospechosamente coincidente con la creación -en septiembre de 2018- de la firma Deessa SRL, un emprendimiento que tiene como accionistas nada menos que a María Mercedes Ibarra y a Fernanda Guardiero, quien se desempeñaba en la Gerencia Administrativa de Compañía Privada. Más tarde se sumaría también Diego Gastón Rodríguez, exesposo de Ibarra, rugbier y socio en cada uno de sus negocios.

Pero más sospechosas aún resultaron las transferencias de activos que la administración de Compañía Privada efectuó sin ningún tipo de aval a Deessa S.A. Se sospecha que el nuevo emprendimiento funcionó como receptáculo de fondos provenientes de la alicaída financiera y constructora heredera de Cofin. La operatoria fue y es tan burda que algunos proyectos como Torre Piazza (un edificio montado sobre calle Rivadavia) figuran en los catálogos digitales de las dos empresas. Sin ningún tipo de documentación ni asamblea extraordinaria, un edificio de seis pisos saltó por arte de magia de una empresa a la otra.


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