Debora Taboada es una vecina de la localidad de Los Blancos en la zona norte del chaco salteño y nos comentó sobre lo angustiante que es vivir sin agua. Situación que se repite en distintos puntos de la provincia y que parece no querer solucionar el ejecutivo provincial.
‘’En las zonas rurales es complicada y sufrida, dan ganas de llorar día a día, faltan obras, no nos llevan el apunte’’ comenzó relantando Devora, en comunicación con Agenda/Salta. La evidente falta de infraestructura es la principal causa, las inversiones parecen que tardan en hacer efecto en un problema que lleva años sin resolver e incluso sin analizar.
La vecina relató, además, la tremenda realidad que sufren los habitantes de la zona: "En otros casos hay compañeros que no tienen ni agua para tomar. El municipio a veces le lleva y se dan cuenta que no tienen ni a donde recibir el agua, donde almacenar; ese es otro problema gransidisímo".
Para ser gráficos, el agua en la zona no solo se utiliza para uso diario, sino, además, para pequeños cultivos que impactan de manera directa en la subsistencia de los vecinos y que se ven sin esa posibilidad ante la falta de suministro.
En este sentido expresó que "La producción es mínima, la sequía, las temperaturas altas. Peor se le complica al pequeño productor", algo que lo empuja a depender casi de un milagro para su subsistencia.
La intendencia se lava las manos
Debido a ello, el conjunto de vecinos pidió una audiencia para el día de mañana y se llevaron con la sorpresa de que el intendente Atta. Miguel Gerala no estaba, e inmediatamente fueron derivados a su secretario quien prometió que elevará la demanda al Gobierno Provincial. Por su parte se desconoce.
Con respecto a la empresa de Aguas del Norte, ellos desconocen si en algún momento se acercaron a investigar la pobrísima situación. ‘’Hay que sentarse a laburar por donde gestionar, como solucionar este tipo de problemas, el agua es un derecho humano básico’’ cerró sobre los responsables.
Se mantienen como pueden
Cuando el líquido escasea, la gente tiene que ir con bidones, a caballo, en bicicleta a pedir a otros pueblos. Es vital remarcar que también significa un golpe para el ganado, ya que el agua de los pozos, o represas, están empantanadas, no son consumibles ni para los animales. Finalmente cerró ‘’No podemos ni higienizar bien, tenemos el agua justa, si gastas demás sabes que no llegas’’.
