En América Latina, especialmente en el mundo del golf, causó conmoción la muerte por dengue de la esposa del jugador Emilio Puma Domínguez, María Victoria De La Mota Claverie. La mujer tenía 33 años y falleció el sábado 30 de marzo en la provincia de San Luis, Argentina.
Si se tiene en cuenta su edad, la esposa del golfista se encontraba en el grupo al que más está afectando el dengue esta temporada en la Argentina. El grupo de 20 a 39 años tiene una incidencia acumulada de más de 500 casos por cada 100.000 habitantes.
El país está enfrentando la peor epidemia de dengue en toda su historia por su magnitud. En la temporada 2023/2024 ya se han registrado 180.529 casos de dengue, de los cuales 163.419 se reportaron desde enero pasado hasta la tercera semana de marzo inclusive, según el Ministerio de Salud de la Nación.
“La incidencia acumulada más elevada y el mayor número de casos se observa en personas entre 20 y 39 años”, escribió el grupo de epidemiólogos de la cartera de Salud nacional. La mujer estaba en San Luis, donde se han reportado 546 casos confirmados esta temporada.
En la Argentina hubo 398 casos clasificados como dengue grave (0,22%) esta temporada, y se registraron 129 muertes. Nunca antes hubo tantos fallecimientos por dengue en una temporada. En la anterior (2022/2023) solo se notificaron 65 muertes.
Qué es el dengue grave
Hasta hace algunos años los profesionales de la salud diferenciaban la severidad de la infección al clasificarla en dengue y dengue hemorrágico. En la actualidad, ya dejó de usarse esa expresión y desde 2009 se distingue entre “dengue” y “dengue grave”.
El dengue grave es un tipo de enfermedad más serio que puede causar shock, hemorragia interna e incluso la muerte. Es más probable que se presente dengue grave si ya ha tenido una infección por dengue anteriormente, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
La mayoría de las personas que adquieren la infección del dengue, a través de picaduras de hembras de mosquitos Aedes aegypti que están infectadas, cursan un cuadro leve y se recuperan.
Pero hay casos de pacientes que desarrollan un cuadro grave, que puede manifestarse con una caída de temperatura acompañada de dolor abdominal intenso, fatiga, vómitos persistentes, somnolencia, sangrado de encías, sangre en vómito, intranquilidad o irritabilidad.
Entre los fallecidos en 2024 en el país, el 55% de los casos eran personas de sexo legal femenino. También se sabe que 118 de los 129 fallecidos tuvieron como síntomas fiebre, cefalea, mialgias y artralgias, diarrea y dolor abdominal.
En 48 de los fallecidos se notificó que tenía una enfermedad previa, como diabetes, enfermedad cardíaca, obesidad, enfermedad neurológica crónica e insuficiencia renal crónica. Hasta el momento, no se registraron datos sobre comorbilidades preexistentes en los 81 casos fallecidos restantes.
La doctora Andrea Uboldi, médica infectóloga y pediatra, miembro de la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn) y secretaria de Salud de la provincia de Santa Fe: “Para reducir el riesgo de tener complicaciones por el dengue grave, es clave que la persona acceda a tiempo a la atención médica. Luego, hay que estar atento a los signos de alarma. Los signos puede indicar que se padecerá un dengue grave. Pero hasta el momento no hay un factor predictivo específico para las personas jóvenes en relación a la posibilidad de que desarrollen complicaciones”.
En algunos pacientes, el cuadro grave se presenta después de haber tenido fiebre primero durante 2 ó 5 días. “Cuando la fiebre cede, en algunos pacientes pueden desarrollarse los signos de alarma y desarrollar complicaciones como encefalitis con convulsiones, vómitos, cuadros de hemorragia, durante el período crítico. Este tipo de casos puede agravarse, y desencadenar la muerte”, explicó Uboldi.
En tanto, el doctor Marcelo Quipildor, médico infectólogo del Hospital Materno Infantil de Salta y del Hospital San Vicente de Paul de Orán y miembro de la comisión de emergentes y enfermedades endémicas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), comentó que la infección primaria, la respuesta del sistema inmune, las comorbilidades y los serotipos del virus que afecten a cada persona pueden influir en el desarrollo de un caso grave.
Cómo proteger al paciente y a los que lo rodean
Durante el tiempo en que una persona con dengue tiene fiebre, está cursando una fase de viremia. El virus se encuentra en el torrente sanguíneo. Si un mosquito pica a esa persona en esa fase febril, el insecto se puede contagiar el virus ”, explicó la doctora Uboldi.
Por eso, es clave que la persona siga medidas de cuidado para evitar que el paciente con dengue sea picado por mosquitos. De lo contrario, hay más riesgo de que los insectos piquen al paciente, se infecten, luego transmitan el virus a otras personas y así se favorece la continuidad de la epidemia.
“Para cuidar al paciente y reducir la transmisión del dengue, se debe hacer lo que llamamos un aislamiento entomológico. Se hace para evitar que los mosquitos piquen nuevamente al paciente que ya tiene diagnóstico de dengue. Si es posible en el hogar, se debería usar un mosquitero y aplicar repelente en el paciente cuando tiene fiebre”, afirmó el doctor Gerardo Laube, médico infectólogo del Hospital Muñiz de la ciudad de Buenos Aires y profesor titular de infectología, medicina del viajero y microbiología de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló.