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Dengue: por qué tres de cada cuatro personas no tienen síntomas y cuál es el riesgo asociado

La principal razón no está en la carga viral del mosquito. Qué implica una segunda infección y el concepto de "manzana saludable".

Dengue: por qué tres de cada cuatro personas no tienen síntomas y cuál es el riesgo asociado

En medio de la preocupación por el brote de dengue, una de las dudas que tienen muchos no es por qué la mayoría de los que se infectan son asintomáticos, mientras que solo un cuarto de las personas manifiesta síntomas. Además, de qué depende que la manifestación sea grave. Y, a la vez, qué implica realmente ser asintomático. Acá, las respuestas, según cuatro especialistas en el tema.

Yendo de lo más a lo menos importante (lo "más" es contraer dengue grave), quien trazó los primeros lineamientos fue Jorge Geffner, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS) y titular de la materia Inmunología en la Facultad de Medicina de la UBA.

Siguiendo la "literatura internacional" (el modo como los científicos llaman a las publicaciones científicas sobre cierto tema), “está claro que entre el 5% y el 7% de los infectados por dengue hacen un curso severo”.

Ahora bien, las variaciones que puede tener ese porcentaje -así como el de letalidad, dato que ninguno de los consultados se animó a informar, por las múltiples variables que interactúan en los brotes- dependen mucho de cuántos serotipos circulan en la región.

Aun para hablar de “asintomáticos”, Victoria Micieli, entomóloga, investigadora del Conicet en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), aclaró los términos: “Si un mosquito tiene el virus serotipo 1, infectará a una persona con el serotipo 1”.

“Después del período que llamamos 'viremia', que dura de 7 a 10 días y es el momento en que puede amplificar el brote porque podría contagiar a mosquitos sanos que la piquen, esa persona va a fabricar sus anticuerpos contra el serotipo 1”, aclaró.

Significa que “si luego viene otro mosquito infectado con serotipo 1 y la pica, no se va a infectar porque ya tiene los anticuerpos contra esa cepa del virus. Sin embargo, si viene un mosquito con serotipo 2, sí puede haber síntomas de dengue, desde las formas graves -porque podría haber una sobrerreacción de los anticuerpos- hasta una forma de enfermedad común”.

Micieli remarcó dos cuestiones centrales: una la vigilancia de los serotipos que circulan en la región.

La segunda, además de descacharrear, usar repelente.

Por las dudas, aclaremos que esto incluye los cuatro escenarios obvios, y sus combinaciones: 1) tenga uno dengue y lo sepa, 2) tenga uno dengue y no lo sepa, 3) haya tenido dengue y no lo sepa; y 4) haya tenido y lo sepa.

Del dengue grave al asintomático

La pregunta que se desprende de lo anterior es si se puede deducir que todos o la mayoría de los cuadros de dengue grave corresponden a personas que ya tuvieron la enfermedad en forma asintomática, con otro serotipo.

La respuesta es no, o más bien, no necesariamente.

En primer lugar porque, como explicó Juan Manuel Carballeda, investigador del Conicet en el Laboratorio de Virología Molecular de la Universidad Nacional de Hurlingham, “los asintomáticos que luego tienen una segunda infección tienen sus matices”.

En este sentido, aseguró, “no es que una segunda infección con dengue implique sí o sí que uno está en problemas. El hecho de reinfectarnos con un segundo serotipo distinto de la primera infección aumenta la posibilidades de desarrollar dengue severo, pero no es taxativo que deba ser así”.

En segundo lugar, porque, como explicó Adrián Díaz, virólogo experto en arbovirus, investigador del Conicet en el Instituto de Virología “J.M. Vanella” (Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba), la severidad del cuadro en el que puede derivar la infección “es multicausal”.

Por qué algunos tienen dengue grave

Entonces, ¿de qué depende caer de un lado u otro en la escala de grises que arranca con “asintomático” y termina con un cuadro severo o fúnebre? ¿Es la carga viral del mosquito? ¿Es la salud del hospedador, o sea, nosotros?

Según Díaz, la sutileza de la multicausalidad es tal que “si estamos en un brote con varios serotipos, por un lado, cada uno podría estar generando distinto grado de virulencia”.

Además, “si las poblaciones de mosquitos que están en un lugar son diferentes, algunos podrían estar inoculando mayor carga viral que otros”.

Micieli opinó algo similar : “La carga viral del mosquito puede variar porque se produce una replicación del virus en su interior y no llega a la saliva siempre la misma cantidad”.

No obstante, aun con todas esas sutilezas, Díaz concluyó que "es el factor genético y social el que mejor definen el estado inmunológico del hospedador, y posiblemente sea eso lo que mayormente defina la aparición de síntomas”.

La genética, la clave contra el dengue

Geffner coincidió con esa mirada: “¿Si podría ser la carga viral que inyecta el mosquito? La verdad, no parece ser el caso. Aunque la carga sea chica, el virus rápidamente se multiplica, y se multiplica tanto que llega a niveles, en general, comparables”.

“Es la genética”, resumió, antes de explicar: “En la genética hay un conjunto de factores muy diferenciales que hacen a cómo se induce la respuesta inmune y qué susceptibilidad tiene el tejido blanco de la infección respecto de que el virus se reproduzca con mayor o menor facilidad”.

Además, dijo, el “todo” de la genética pareciera superar la suma de las partes: “Es muy dificil comprender y ponerle nombres a cada uno de los genes que, en forma de conjunta, determinan este nivel de susceptibilidad”.

El dengue sintomático: la punta del iceberg

Pasando en limpio, asegurar que alguien con un cuadro grave por dengue tuvo la infección antes, en forma asintomática y con otro serotipo, es aventurado. De la multicausalidad que define cuánto y cómo “pega” la enfermedad, la mayor parte se la lleva la genética subjetiva del hospedador.

Lo que sí se sabe es que, en términos epidemiológicos, “solo vemos la punta del iceberg”, advirtió Díaz.

“Cuando uno está viendo casos de una enfermedad viral, siempre decimos que por debajo seguramente está circulando el virus asintomáticamente, algo que el sistema de salud no puede detectar", agregó.

Por eso (en coincidencia con Micieli) remarcó que "es tan importante tener buenos sistemas de vigilancia, no solo clínica sino también virológica”.

Según el último parte difundido el sábado por el Ministerio de Salud, ya se contabilizan 16.143 casos. Pero Carballeda puntualizó que "son muchos más porque no solo hay asintomáticos sino también sintomáticos leves, que quizás no acceden al sistema de salud”.

Geffner directamente lanzó una cifra: “Es imposible saber con certeza cuántos susceptibles de la segunda infección hay, pero si hablás de 10.000 diagnosticados con síntomas sin dudas habrá cerca de 40.000 a 50.000 infectados dando vueltas”.

Contra el dengue, manzanas saludables

La genética nos excede y los mosquitos, aun cuando en el radio metropolitano no hay una "invasión", están. ¿Qué hacer?

Carballeda está preocupado: “La circulación de la enfermedad es muy fuerte y todavía quedan bastantes días de circulación del mosquito”.

“Si siguen estas temperaturas, con más de 20 grados, el mosquito llega perfectamente a adulto en cuatro días. Si pica a una persona que tiene una alta viremia, se va a contagiar y va a llevar la enfermedad a otra persona”, señaló.

Pero depositó una esperanza.

“Hay que usar repelente, descacharrar y saber que estamos frente a un mosquito que no vuela muy lejos. No llega más allá de 100 metros del lugar donde se desarrolla. Si en la manzana en la que vivimos evitamos que haya recipientes donde se pueda desarrollar, podemos cuidarnos entre todos y evitar los contagios”, propuso.

“El concepto de manzana saludable es muy interesante para evitar los contagios”.

Geffner sumó dos medidas adicionales. Por un lado, dijo que “fumigar es necesario. Tiene la limitación de que no mata los huevos y las larvas, pero habría que fumigar en las zonas más afectadas”.

La segunda, ofrecer repelentes accesibles: “Están caros y deberían ser tomados como un medicamento. Cuesta bastante adquirirlos”.

Fuente Clarin


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