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LA PAMPA

Denuncian que hay “otros Lucio” en Santa Rosa y responsabilizan a la Justicia: “Todo queda en la nada”

Una de las enfermeras de la Unidad Sanitaria Barrio Río Atuel, donde atendieron al nene en varias ocasiones, habló y aseguró que “muchos chicos llegan golpeados a la salita”.

La salita del barrio Río Atuel, el lugar dónde atendieron a Lucio Dupuy por los maltratos de las dos asesinas.
La salita del barrio Río Atuel, el lugar dónde atendieron a Lucio Dupuy por los maltratos de las dos asesinas.

El asesinato de Lucio Dupuy puso en el ojo de la tormenta al funcionamiento de los diferentes organismos estatales. El nene, que murió por los golpes de su mamá y la pareja de ella, vivió un calvario durante más de un año, pero nadie lo advirtió.

Uno de los lugares que fue duramente criticado por la familia del pequeño es la Unidad Sanitaria Barrio Río Atuel, que se encuentra a una cuadra de la casa donde vivía él y sus asesinas.

Fueron los mismos vecinos los que aseguraron que el lugar “no funcionaba correctamente” y que al momento de la descompensación de Lucio, se encontraba cerrado.

Una enfermera que trabajaba allí en aquel momento y continúa en servicio, contó cuál era la situación del centro de salud y porqué, efectivamente, se encontraba cerrado el 26 de noviembre de 2021.

La enfermera denunció otros casos de maltrato infantil

La mujer, quien decidió no dar su nombre, explicó que al momento de la muerte del nene el centro de salud tenía un horario itinerante. “En pandemia teníamos otros horarios de atención. Hoy estamos hasta las diez, pero estamos solos”, remarcó.

Además, habló de las críticas de la gente: “Se nos cuestiona de que no estábamos pero eran ordenes de arriba por la cuarentena y los cuidados estrictos”.

De todas maneras, insistió en que los trabajadores del lugar no recuerdan haber visto en algún momento a Lucio, pese a la cercanía con el lugar. Sin embargo, remarcó que en la condición en la que llegó, allí mismo no podían hacer nada más que intentar reanimarlo. “En la situación en la que estaba era muy difícil hacer más acá”, resaltó.

También aclaró que “tampoco había ambulancias para trasladarlo o que lleguen a tiempo”.

La enfermera también sostuvo que ellos actúan de acuerdo al protocolo cuando se cruzan con un caso de maltrato infantil. “Acá vienen nenes con golpes y hacemos la denuncia correspondiente, pero después queda todo en la nada y ves de nuevo a los chicos con los que los maltrataban”.

Asimismo, recordó que vio diversos casos en la zona en los que intervino y que por ellos sufrió hasta amenazas. “No nos sentimos acompañadas por los organismos que deberían actuar, no hay nadie que nos cuide”, sostuvo.

Para los vecinos que se cruzaron aquella trágica noche del 26 de noviembre de 2021 con Abigaíl Páez, quien fue la encargada de trasladar a Lucio hasta el centro de salud, la unidad sanitaria no cumplió con su atención necesaria.

“Nunca abrían, ellos se enojan, pero es la realidad”, dijo una vecina. Inclusive, tiempo después del crimen, se supo que no fue solo la salita la que en aquel momento no funcionó para Lucio.

La historia clínica de Lucio Dupuy y su paso por los hospitales de La Pampa

Con el avance de caso se conoció que el nene pasó por al menos cinco hospitales entre diciembre de 2020 y marzo de 2021. En esas entradas, llegó con golpes, fracturas y hematomas. Sin embargo, nadie, de ninguno de los centros de salud, advirtió el infierno que vivía.

El 15 de diciembre del 2020 Lucio fue atendido en el Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en miembro superior. Después de tres días, el 18 de diciembre, volvió a ser atendido en el Hospital Molas por una fractura de muñeca y mano.

El 22 de enero del 2021, el nene fue atendido en una posta de salud del barrio, nuevamente por un traumatismo en uno de sus brazos. El 1 de febrero ingresó otra vez al Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en el cuerpo. Y a menos de dos meses, el 23 de marzo, volvió a entrar al Evita, esta vez por deformidad en un dedo a raíz de una fractura ósea. Una lesión que alguien le habría provocado tirándole el dedo para atrás hasta rompérselo.

Magdalena, la madre del chiquito, le ensañaba, inclusive, a cómo mentir sobre las lesiones que tenía.

El jardín donde asistía Lucio y su falta de atención

Otro lugar sumamente cuestionado fue el jardín donde asistía el pequeño. Perteneciente al colegio 27 del barrio Butalo, fue allí donde Lucio hizo amigos y donde también llegó con lesiones que, al parecer, nadie notó.

Los comerciantes de la zona, dijeron que vieron a ambas caminar por el barrio con Lucio, pero que no lo dejaban tener mucho contacto con la gente. “Siempre entraba una sola al negocio y la otra se quedaba afuera con él”, dijo un joven.

El colegio está ubicado a pocas cuadras de la casa de la madre de Páez, lugar al que también asistía asiduamente. Sin embargo, hubo días en los que el chiquito no asistía e incluso hasta semanas.

Hoy estos establecimiento está apuntado por su falta de acción ante el calvario que estaba viviendo el pequeño Lucio y que lo llevó a la muerte.


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