Durante décadas, los estudios científicos han sugerido que el consumo moderado de alcohol era mejor para la salud de la mayoría de las personas que no beber en absoluto, e incluso podía ayudarles a vivir más tiempo.
Un nuevo análisis de más de 40 años de investigación ha concluido que muchos de esos estudios eran erróneos y que lo cierto es lo contrario.
La revisión descubrió que los riesgos de morir prematuramente aumentan significativamente para las mujeres una vez que beben 25 gramos de alcohol al día, lo que equivale a menos de dos cócteles estándar que contienen 1,5 onzas de licores destilados, dos cervezas de 12 onzas o dos copas de vino de 5 onzas.
Los riesgos para los hombres aumentan significativamente a partir de los 45 gramos de alcohol al día, o algo más de tres copas.
El nuevo informe, en el que se han analizado más de 100 estudios sobre casi 5 millones de adultos, no se ha diseñado para elaborar recomendaciones sobre el consumo de alcohol, sino para corregir los problemas metodológicos que afectaban a muchos estudios observacionales antiguos.
Esos informes constataron sistemáticamente que los bebedores moderados tenían menos probabilidades de morir por todas las causas, incluidas las no relacionadas con el consumo de alcohol.
La mayoría de esos estudios eran observacionales, lo que significa que podían identificar vínculos o asociaciones, pero podían ser engañosos y no probaban la relación causa-efecto.
Los científicos afirmaron que los estudios más antiguos no reconocían que los bebedores moderados y ligeros tenían muchos otros hábitos saludables y ventajas, y que los abstemios utilizados como grupo de comparación a menudo incluían a antiguos bebedores que habían dejado el alcohol tras desarrollar problemas de salud.
"Cuando se compara a este grupo poco saludable con los que siguen bebiendo, hace que los bebedores actuales parezcan más sanos y como si tuvieran una mortalidad más baja", dijo Tim Stockwell, científico del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias que fue uno de los autores del nuevo informe, publicado en JAMA Network Open la semana pasada.
Stockwell dijo que las comparaciones entre bebedores moderados y no bebedores eran erróneas por numerosas razones.
Las personas que se abstienen completamente del alcohol son una minoría, y las que no son abstemias por motivos religiosos tienen más probabilidades de padecer problemas crónicos de salud, sufrir alguna discapacidad o pertenecer a entornos con ingresos más bajos.
Los bebedores moderados suelen serlo en todos los sentidos.
Suelen ser más ricos, es más probable que hagan ejercicio y sigan una dieta sana, y tienen menos probabilidades de padecer sobrepeso.
Según los científicos, incluso tienen mejores dientes.