La limpieza de la casa puede convertirse en una tarea tediosa para aquellos que no tienen espacio en su agenda: el ajetreo diario, los compromisos laborales y sociales y el agotamiento son atenuantes a la hora de mantener el hogar en condiciones. Para peor, la falta de mantenimiento provoca que la suciedad y el polvo se acumulen, generando una situación aún más compleja.
De todas formas, existe una técnica que podría atenuar el proceso y volverlo más apacible para cualquier inquilino: se trata del llamado método 20-10, que fue presentado por la autora Rachel Hoffman en su libro “Unfuck your habitat”. La propuesta ayuda a acelerar la higiene de la vivienda y, además, está dirigido a personas que no poseen tanto tiempo libre.
El sistema está dividido en dos partes fundamentales. La primera de ellas implica dedicarle 20 minutos de la jornada a un aseo impulsivo e intensivo, que puede ser en cualquier sector del inmueble. Al mismo tiempo, hay que estar atento a la organización, para no dejar nada tirado y agregar más trabajo del necesario.
Posteriormente, se debe descansar a lo largo de 10 minutos, con el objetivo de reponerse y evitar la fatiga física y mental. La propia escritora argumenta que limpiar por varias horas seguidas suele ser contraproducente, y que fraccionar las tareas en pequeños tramos es mucho más efectivo. A su vez, colabora con el sostenimiento de la motivación.
Qué tareas se pueden realizar junto con el método 20-10 para limpiar la casa
De manera complementaria, se pueden llevar a cabo otras actividades que alivianan la carga, como tender la cama, lavar los cubiertos y los platos al terminar de comer y ventilar las habitaciones del domicilio. Así, se previene el estancamiento del aire y la sensación de aturdimiento, que puede oficiar como impedimento para cumplir la meta.
Una recomendación de la periodista es fotografiar el antes y el después, algo que permitirá visualizar cuáles son las zonas que precisan más atención y representará una estimulación extra para seguir con el proceso. Por supuesto, siempre hay que empezar con los espacios grandes, un enfoque que optimizará la energía y logrará un mejor resultado a nivel general.
También es fundamental hacer una limpieza completa de la heladera, que acostumbra a acumular olores indeseables cuando hay productos vencidos o podridos. Asimismo, mantenerla en orden hace que la cocina luzca impecable y fresca, más aún en épocas de calor intenso como durante el verano.
Para seguir los tiempos precisos y que el procedimiento sea eficaz, es preferible colocar un temporizador y estar atento para no pasarse. La técnica destaca debido a que se adapta sin inconvenientes a cualquier estilo de vida, incluso para aquellos que trabajan hasta tarde o que pasan poco tiempo en sus casas.