El verano ya quedó lejos y marzo se despide, pero deja tras de sí una sensación común entre muchos argentinos: fue un mes largo y agotador. Con la vuelta a la rutina en modo acelerado, el regreso a las clases, la compra de útiles, la reestructuración de agendas laborales y familiares, y un contexto económico difícil, el mes se sintió tan intenso como un diciembre sin fiestas.
Este trastorno, más conocido como "burnout" es una alteración psicológica caracterizada por el agotamiento físico, emocional y mental relacionado generalmente con el trabajo y afecta fuertemente a los argentinos. Es agotamiento, negativismo, ansiedad, reducción de la eficacia laboral que a la vez, se traslada a las esferas de la vida personal. Incluso puede generar síntomas físicos como insomnio, dolores de espalda y de cabeza, entre otros.
A medida que avanza el año, el tiempo libre se reduce. Las agendas están más llenas, el descanso se acorta y las actividades se intensifican. El impacto no solo se ve en el cansancio físico, sino también en el bienestar mental.
El fenómeno se repite cada año, pero en 2025 parece haberse acentuado aún más. La vuelta a la rutina tras las vacaciones no da tregua: las clases comienzan, los gastos escolares aumentan, el tráfico se intensifica y la carga laboral se dispara. Para muchos, la sensación es la misma que en los últimos días del año, cuando el cansancio y las obligaciones se acumulan en vísperas de las fiestas.
"Quemada", "sobrepasada", "no me funciona el cerebro", son algunas de las expresiones con las que al final del día o de una semana de trabajo intenso cualquiera puede sentirse identificado.
Marzo se despide dejando una pregunta abierta: "Si esto es solo el inicio del año, ¿cómo llegamos a diciembre?". La respuesta tal vez esté en ajustar expectativas, buscar pequeños momentos de respiro y encontrar formas de equilibrar la rutina sin que nos pase por encima.
El choque con la realidad y el impacto en la salud
Según la psicóloga Rossana Speranza, esta sensación responde a un “choque con la realidad” que se da cuando las personas deben reajustar bruscamente su ritmo de vida.
“Enero y febrero suelen ser meses con más flexibilidad, incluso para quienes no se toman vacaciones. Marzo, en cambio, es el mes donde se reactiva todo al máximo, lo que puede generar una sensación de sobrecarga y estrés”, explica.
"Los papas de hoy han tenido una sobreexigencia de lo que es criar", agregó Speranza.
"Si queremos hijos saludables, no podemos ser padres agotados. Porque los chicos no solamente toman del mundo adulto lo que decimos, toman lo que decimos y lo que ven. Entonces, si ven a papá y a mamá que viven corriendo, aprenden que esto es el mundo. Sí ven a papá y a mamá agotados, estresados, claro. Entonces, bueno, lo importante es estar atento", cerró Rossana.
El agotamiento no es solo mental. Muchas personas experimentan síntomas físicos como insomnio, tensión muscular, dolores de cabeza e irritabilidad. La sobrecarga de responsabilidades y la falta de descanso adecuado contribuyen a este malestar generalizado.
A esta fatiga anticipada se suma el impacto económico. El pago de matrículas, útiles escolares, impuestos y el ajuste de las tarifas golpean el bolsillo de los argentinos, generando una preocupación constante.
“La incertidumbre financiera se traduce en ansiedad, porque muchas familias deben hacer malabares para cumplir con todas sus obligaciones”, advierte Speranza.
"A ver, hay estrategias más adecuadas para manejar el estrés de manera más efectivas. Una estrategia efectiva es el poder incluir en la rutina de uno algo que me desenchufe, que me dé bienestar. No como una lista más de cosas para hacer, sino como una experiencia gratificante", dice.
Y agrega: "Si yo me tomo micro recreos, o sea de 5 minutos, para hacer lo que estoy haciendo, ni siquiera es que tengo que cambiar la actividad, pero de forma muy consciente, es decir, sin ese diálogo interno, permanente, sin la cabeza, diciéndome qué tengo que hacer después, es posible bajar el estrés".
- Toma pausas, micro recreos
- Analiza tus opciones
- Busca apoyo
- Prueba a hacer una actividad relajante
- Haz algo de ejercicio
- Descansa más
- Practica la atención plena o mindfulness
En tanto, Rossana, recomienda: "El sostenerse con otros, el hablar de estas cosas con otros, el compartir la experiencia, tener una red social, eso hace que uno tenga un mejor estado de bienestar. Eso calma, nos tranquiliza, el compartir, el sentirnos dentro de un grupo, el tener esos micro descansos mentales, eso también hace que la mente baje. La mente y el cuerpo es uno solo".
Estrategias para sobrellevar el "nuevo diciembre"
Los especialistas recomiendan establecer rutinas organizadas, priorizar el descanso y aprender a delegar tareas para evitar el colapso. También es clave incorporar momentos de ocio y ejercicio físico para reducir los niveles de estrés.
Mientras tanto, en redes sociales, los argentinos siguen debatiendo: ¿marzo se está convirtiendo en el nuevo diciembre? Lo cierto es que, para muchos, este mes ya se siente como una recta final, cuando en realidad el año recién comienza.
Diez consejos para evitar estar "quemadas" (burnout)
- Alimentar el hábito de la lectura, ver películas.
- Hacer meditación, yoga, o cualquier tipo de ejercicio físico.
- Respiración.
- Construir redes de apoyo, buscar alianzas para la realización de las tareas de cuidado. Bajar la carga mental de las tareas de cuidado.
- Salir a caminar, escribir todas las mañanas en un cuaderno las emociones, aunque sea 10 minutos.
- Cocinar la comida, hacerse el espacio para dedicar un momento a gozar la preparación del propio alimento.
- Si es posible acceder a un espacio de terapia individual o grupal.
- Crear pausas en el trabajo con una distancia útil para con el trabajo (no poner el cuerpo).
- Regular horarios de internet, TV, chats y otros dispositivos.
- Conectar con intereses propios.